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Visita rápida de Harris a Dubái para abordar cambio climático y guerra; temas sensibles en su país

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — En sustitución del presidente Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris voló al Medio Oriente para abordar un par de desafíos que han inquietado a la Casa Blanca durante décadas: El cambio climático y el conflicto palestino-israelí. Cada uno de ellos conlleva el riesgo de sufrir un revés político de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.

Harris estuvo sólo 24 horas en Dubái, menos tiempo del que le llevó llegar a los Emiratos Árabes Unidos y luego regresar a Washington.

En la conferencia sobre el clima de la ONU, cuando se anunció que “su excelencia Kamala Harris” subiría al escenario el sábado para pronunciar un discurso, ella ni siquiera estaba en la sala.

La silla de Harris permaneció desocupada al tiempo que los líderes mundiales reunidos para el panel hablaban. Cuando apareció, pronunció un breve discurso y se fue rápidamente, sólo para ser convocada de nuevo para una foto grupal.

Harris se retrasó porque estaba hablando por teléfono con el emir de Qatar sobre la guerra entre Israel y Hamás. Y después del evento climático tenía prisa por tener más reuniones con líderes árabes al reanudarse los bombardeos israelíes tras el fin de la tregua temporal en Gaza.

La incómoda doble agenda durante el viaje de Harris a Dubái, organizado apresuradamente, ilustra un conjunto de corrientes políticas complejas y en ocasiones potencialmente contradictorias. El gobierno de Biden —con su coalición diversa de votantes— intenta navegar en estas contracorrientes justo cuando se intensifica la contienda presidencial para el 2024.

Cuando Harris habló con los periodistas después de su día de diplomacia, omitió comentar sobre la promesa de Estados Unidos de aportar 3.000 millones de dólares adicionales para un fondo climático, algo que mencionó en su discurso en la conferencia. Ante los medios, se centró en los pasos para resolver la guerra en Gaza y prepararse para lo que siga.

“Todos queremos que este conflicto termine lo antes posible y garantizar la seguridad de Israel y la del pueblo palestino”, dijo Harris. “Debemos acelerar los esfuerzos para construir una paz duradera y eso empieza con la planeación de lo que suceda el día después que termine el combate”.

El clima y la guerra son asuntos que requieren un acto de equilibrio en casa conforme se desarrolla un posible reencuentro entre Biden y el expresidente republicano Donald Trump.

El gobierno demócrata apuesta gran parte del futuro de la economía de Estados Unidos en la energía renovable, sin embargo el electorado está frustrado por los precios de la gasolina que están por arriba de cuando Biden ocupó el mando. De forma similar, la guerra que inició el 7 de octubre ha expuesto la división entre los demócratas sobre el apoyo de Washington a Israel y el sufrimiento de los civiles palestinos.

En el intento de Biden, de 81 años, por ganar un segundo periodo, Harris, de 59, ha tomado una mayor participación para promover su campaña entre los jóvenes votantes.

Durante una gira universitaria de un mes a campus en todo el país, la vicepresidenta habló en cada parada sobre la amenaza existencial del cambio climático, y el público frecuentemente expresó su preocupación de que el gobierno y el resto del mundo no están haciendo lo suficiente.

En Dubái, Harris dijo que era “nuestro deber y nuestra obligación” hacer más para alejar al mundo de los combustibles fósiles y limitar el aumento de las temperaturas globales promedio. Agregó que Estados Unidos contribuirá con 3.000 millones de dólares a un fondo global destinado a ayudar a los países en desarrollo a enfrentar mejor el cambio climático y se unirá a más de 90 naciones al prometer duplicar la eficiencia energética y triplicar la capacidad de energía renovable para 2030.

JL Andrepont, un analista político en el grupo medioambiental 350.org, dijo que la promesa de fondos era una “señal cautelosa, pero esperanzadora, del poder de la presión pública”.

Sin embargo, Harris no hizo un llamado para la eliminación gradual de los combustibles fósiles, algo que los grupos ambientalistas quieren para detener las emisiones que causan el cambio climático.

“Seguiremos celebrando los triunfos globales que respaldan la justa obtención e implementación de energía renovable para todos y no dejaremos de defender una rápida y completa eliminación gradual de todos los combustibles fósiles, incluidos el petróleo y gas”, dijo Andrepont.

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Boak reportó desde Washington.

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