Associated Press (AP) — “Wish” (“Wish: El poder de los deseos”) de Walt Disney Animation es impresionante con una animación texturizada y rica, inspirada en acuarelas y con referencias para audiencias nostálgicas de los clásicos. Pero también es más un concepto que una historia: un intento forzado y no muy memorable de rendir homenaje a los 100 años del estudio. El origen de la estrella de los deseos es una motivación tan buena como cualquier otra para ser su punto de partida, pero “Wish”, dirigida por Chris Buck y Fawn Veerasunthorn, parece no haber sido extraída de la imaginación y los sueños serios de alguien, sino de una junta corporativa que intentaba aplicar ingeniería inversa a la magia y el encanto.
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Por ejemplo, en una de las canciones terriblemente genéricas de la película, “I Am a Star”, un lindo conejo que habla le canta alegremente a nuestra heroína Asha que “cuando se trata del universo, todos somos accionistas”. ¡Uf!
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Probablemente no soy la única que aprendió vocabulario de las canciones de Disney cuando era niña, pero hay algo tan desalentador en escuchar la palabra “accionistas” en lo que se supone que es un himno inspirador y de unión en un mundo de cuento de hadas donde las cabras hablan y la magia existe. No hay señales de corporaciones ni de ofertas públicas en el Reino de Rosas, aunque ese podría haber sido un camino interesante a seguir. En cambio, es un lugar fundado por un chico llamado Magnífico (Chris Pine), que tiene la capacidad de conceder deseos.
Puedes pensar que sabes qué es un deseo, pero esta película necesita que sea un poco más complicado y por lo mismo tiene que explicarlo una y otra vez para justificarse. Los deseos no son sólo pequeños anhelos, lo son todo: tu alma, tu razón de vivir, y Magnífico ha convencido a todos sus súbditos para que le den los suyos cuando cumplan 18 años para protegerlos. Almacena estos deseos en orbes flotantes en un observatorio de su castillo, que luego les concederá a algunos en una fecha posterior.
Asha, la protagonista cuya voz es interpretada en inglés por la actriz de origen puertorriqueño Ariana DeBose, galardonada con el Oscar por “West Side Story” (“Amor sin barreras”), es una de las residentes de Rosas que está a punto de cumplir 18 años y tendrá que entregarle su deseo a Magnífico. Ella es la fan número uno de Rosas y Magnífico, pero cuando descubre (aproximadamente 15 minutos después de iniciada la película) que él no tiene ninguna intención de conceder el deseo de su abuelo de 100 años, se vuelve en su contra y Rosas y comienza una revolución accidental. Esto es después de que Asha y Magnífico canten un dúo “At All Costs”, que es totalmente una canción de amor sobre dos personas, pero que ha sido introducida aquí con calzador para tratar sobre Rosas y los deseos. Es extrañamente incómodo.
Las canciones originales, de Julia Michaels y Benjamin Rice, son ingeniosas, pop y, en última instancia, inofensivas. Su atractivo podría depender de cómo te sentiste con las canciones de Benj Pasek y Justin Paul para “The Greatest Showman” (“El gran showman”). Si te encantaron, la banda sonora de “Wish” probablemente sea para ti. Si no, lo siento, aunque “Knowing What I Know Now” es bastante pegadiza.
“Wish” tampoco parece tener una idea sólida de cómo afecta la falta de deseos a la población de Rosas. Algunos caminan como caparazones somnolientos, pero la mayoría parecen felices y contentos, incluso después de haber ofrecido voluntariamente esta parte esencial de su ser. ¿Quizás ese sea el punto? Pero esta es una película que tiene algunos paralelos sorprendentes (en temas e historias no resueltas) con “Don’t Worry Darling” (“No te preocupes, querida”), que no se limitan a que Chris Pine disfrute de su época de apuesto villano.
La animación es realmente encantadora en general y llamativa después de tantos años de suavidad y perfección generadas por computadora. Pero esta también es una extraña mezcla de ambos estilos y las texturas tipo libro de cuentos hacen que algunas de las caras de los personajes y la estrella parezcan casi demasiado falsas para el mundo en el que se encuentran.
A la estrella, una muda inocente, también le falta cierta chispa que podría hacerla tan icónica como los realizadores quieren que sea. O tal vez simplemente tiene la desgracia de parecerse demasiado a la estrella nihilista de “The Super Mario Bros. Movie” (“Super Mario Bros.: La película”) de principios de año.
“Wish” es una oferta navideña inofensiva para la familia, pero es extraño ver una película sobre la celebración de la “estrella” individual en todos y que pareciera que fue hecha por mandato, no por un sueño. Y apostaría a que cada persona que trabajó en esta película probablemente creció amando a Disney y que cada uno tiene decenas de ideas más inspiradas que ésta para conmemorar los 100 años y llevar a esta empresa hacia el futuro. Tal vez la próxima vez.
“Wish”, un estreno de Walt Disney Co., tiene una clasificación PG (que sugiere cierta orientación de los padres de familia) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por elementos temáticos y escenas de acción. Duración: 92 minutos. Dos estrellas de cuatro.