MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
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Su declaración se enmarca en la causa en la que el instructor investiga a Rubiales por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones por el beso que le propinó durante la celebración de la victoria en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Ante el juez, Rubiales defendió que el beso fue una "muestra de afecto" que se produjo de forma "natural", a la luz de "millones de ojos" y que fue "con consentimiento". A preguntas del abogado de Hermoso, aseveró que se trataba de una "celebración totalmente extraordinaria", que preguntó a la jugadora antes de darle el beso y que ocurrió "con consentimiento".
"Si le pregunté antes ¿cómo no le voy a respetar?", respondió a la pregunta de si consideraba que había respetado a la jugadora al besarle en la boca, para luego apuntar que Hermoso tras ese episodio "se fue muerta de risa" y dándole "dos cachetes en el costado".
Sin embargo, en su declaración ante la Fiscalía, revelada por el programa 'Código 10' de Telecinco, Hermoso declaró que el beso no fue consentido ni se sintió respetada como persona y futbolista. "Me estaban sometiendo a algo que yo en ningún momento busqué ni hice para encontrarme con esa situación", desveló.