QUITO (AP) — El presidente electo de Ecuador tomará posesión de su cargo el jueves en un evento al que Daniel Noboa llega con parte de su equipo de gobierno ya definido y con un acuerdo en la Asamblea Nacional en un intento de garantizarse la gobernabilidad que le faltó al presidente saliente Guillermo Lasso durante su mandato de dos años y medio.
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Noboa, que ganó la segunda vuelta electoral el pasado 15 de octubre tras dar la sorpresa inicial y llegar al balotaje, ha mantenido desde entonces un perfil bajo, casi sin declaraciones, mientras avanzada en la conformación de su gabinete de ministros.
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De un total de 30 ministerios y secretarías de Estado que tiene este país, el mandatario electo ha designado a 13. Ha optado por perfiles de empresarios y profesionales que carezcan de pasado político evidente, de corte liberal y relacionados con su entorno.
Noboa es el hijo de un magnate propietario de un conglomerado de empresas, que es uno de los más ricos de Ecuador. Ese grupo es también el principal deudor de impuesto del país.
El presidente electo nombró a una mujer joven, Sariha Moya, para la cartera de Economía y Finanzas. Pero dio marcha atrás en la designación debido a que los organismos multilaterales criticaron el nombramiento aduciendo que no tiene el perfil adecuado para afrontar negociaciones con organismos multilaterales.
Francisco Camino, catedrático de la Universidad Tecnológica Equinoccial, considera importante que el presidente entrante “tome en cuenta la trayectoria en el sector público porque administrar el Estado y administrar empresas privadas son cosas completamente distintas”. Sin embargo, lamentó que Moya haya sido descartada, pues dijo que cuenta con 12 años de experiencia en el manejo diario del sector.
En contraste, Gabriel Hidalgo, analista del Instituto de Altos Estudios Nacionales, sugiere que las designaciones que ha hecho públicas el nuevo mandatario responden al nombramiento de “ministros fusibles”, que luego serán reemplazados por otros “que sean de fuste y saldrán de organizaciones políticas con estructura”, aseveró.
La posición de Noboa en lo económico parece estar cerca de lo liberal y una de las muestras de ello es que, a la primera cita con el presidente saliente, Guillermo Lasso, acudió en compañía del ex vicepresidente Alberto Dahik.
El ex alto cargo, a mediados de la década de 1990, fue sometido a un juicio político y acusado de malversación de fondos públicos, tras lo cual huyó del país y se refugió en Costa Rica, pero ahora reside en Ecuador y ha aclarado que no será funcionario público.
La tendencia de “corte liberal” del presidente entrante concuerda, para el analista Camino, con esa cercanía a Dahik, pues Noboa cuenta con un bagaje ligado al sector empresarial “con menos restricciones del mercado y menos estatista”.
No obstante, la aparición de Dahik “es contradictoria”, según Hidalgo, de cara a la coalición que ha logrado Noboa en el Legislativo, donde se encuentran sectores de izquierda como la Revolución Ciudadana.
En un intento de garantizarse gobernabilidad —a diferencia del ambiente en el que gobernó el presidente saliente, Guillermo Lasso—, Noboa alcanzó un pacto entre su partido, Acción Democrática Nacional, con el Partido Social Cristiano, de derecha, y el de izquierda Revolución Ciudadana, para lograr una sólida mayoría en la Asamblea.
Ese acuerdo permitió la elección de las autoridades de la Asamblea y, sobre todo, el reparto de las comisiones legislativas donde dentro de poco se tramitarán proyectos de ley. El ejecutivo ha anticipado que presentará de inmediato dos propuestas económicas y tributarias para recuperar la economía del país.
Acerca de ese pacto, el ex ministro de Economía, Fausto Ortiz, dijo a la AP que si bien Noboa dio un paso importante para garantizar su propio gobierno solo cuando “se aprueben proyectos en la Asamblea, se podría decir que los acuerdos en la Asamblea han funcionado”.
El analista y profesor de la Universidad de las Américas, Alejandro Zabala, señaló que Noboa parece “un político muy pragmático, y la primera evidencia es el acuerdo que logró en la Asamblea. Desde la campaña dijo que iba a hablar con todos los partidos y así lo ha hecho”.
Para hacer un buen gobierno, Noboa requiere de recursos económicos y la Asamblea “es una de las puertas que debe tocar para conseguirlo y hasta ahora lo está haciendo muy bien”, añadió.
Desde el retorno democrático, las fuerzas políticas se han asociado para viabilizar la elección de autoridades y la conformación de las comisiones en el Legislativo, y aunque luego “es posible que tomen caminos distintos”, la historia dice que las mayorías “permanecen en el tiempo”, comentó el catedrático Hidalgo.
Según el analista, Noboa “debe aprovechar” dicha coalición para “impulsar su agenda en reformas”. No obstante, para Camino, se trataría de una “mayoría móvil”, como sucede generalmente en el sistema político ecuatoriano, cuya permanencia dependerá de los intereses de cada fuerza política, dijo a la AP.