El Ministerio de Justicia de Rusia ha presentado una denuncia ante el Tribunal Supremo para que se catalogue de extremista “el movimiento internacional LGTBIQ+”, lo que abriría la puerta a ilegalizar sus actividades y añadiría un nuevo capítulo en las medidas represivas adoptadas en los últimos años contra este colectivo.
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El Ministerio ha confirmado en un comunicado el envío de una “denuncia administrativa”, con el objetivo de que la principal instancia jurídica de Rusia “prohíba la actividad” del movimiento.
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Considera que viola las leyes que penalizan el extremismo y la incitación al odio social y religioso, informa la agencia de noticias TASS.
Está previsto que las vistas se celebren el 30 de noviembre, aunque habitualmente el sistema judicial ruso sigue las líneas marcadas por el Kremlin, especialmente en casos que puedan tener lectura política.
Rusia inició su actual escalada represiva contra el colectivo LGTBI en 2013, con una primera ley contra la ‘propaganda gay’ que, bajo la premisa de proteger a los menores, limitaba los mensajes y actividades. La última reforma constitucional incluye también un veto explícito al matrimonio entre personas del mismo sexo.