MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
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Así lo informa un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido), publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology'.
Comprender y predecir dónde se propagarán las especies introducidas es uno de los principales retos ecológicos y de conservación del siglo XXI. Sin embargo, sabemos poco sobre las causas de que una especie se propague rápidamente, mientras que otra permanece en poblaciones pequeñas y aisladas durante años.
En el nuevo estudio, el equipo de los investigadores Henry Häkkinen, Dave Hodgson y Regan Early predijo qué regiones terrestres del mundo tienen más probabilidades de ser colonizadas por 833 plantas, aves y mamíferos naturalizados, e investigó qué factores han acelerado o ralentizado su propagación hasta ahora.
Los investigadores descubrieron que existe un enorme potencial de propagación de aves naturalizadas en Norteamérica, mamíferos en Europa del Este y plantas en Norteamérica, Europa del Este y Australia.
Además, la historia de la introducción de una especie, su capacidad de dispersión y la ubicación de zonas adecuadas son factores más importantes para predecir cómo se ha extendido una especie que su hábitat preferido o cómo interactúa con otros residentes locales.
Según los investigadores, casi todas las especies del nuevo estudio aún no se han expandido por todas las zonas con un clima adecuado, a pesar de haber tenido tiempo de sobra para invadirlas. Sin embargo, es posible que algunas especies introducidas no se conviertan en problemáticas hasta pasado un periodo inicial de retardo.
Muchas de las especies estudiadas tienen un pequeño impacto en su entorno, pero estos resultados no dejan de ser preocupantes. Una región puede sufrir un "colapso invasor" cuando varias especies introducidas amplifican su impacto y su capacidad para establecerse, con efectos potencialmente devastadores.
"Las invasiones de especies pueden devastar la biodiversidad, la agricultura y los medios de subsistencia, por lo que resulta preocupante que tantas especies naturalizadas parezcan dispuestas a extenderse aún más --explica en un comunicado--. Pero hay un rayo de esperanza de que las invasiones sean mucho más limitadas de lo que podrían ser: los ecosistemas pueden estar conteniendo a los invasores mejor de lo que esperábamos, y una buena gestión podría ayudar a frenar la propagación".