MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
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En una conferencia en Fráncfort, el exministro español de Economía ha destacado que, a pesar de los sólidos fundamentos del sector bancario, "llama la atención cuán comprimidas siguen siendo las valoraciones", lo que ha atribuido a preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de las ganancias de los bancos.
En este sentido, Guindos ha advertido de que el sector se enfrenta a mayores riesgos a la baja debido a la perspectiva de un deterioro de la calidad de los activos, menores volúmenes de préstamos y mayores costes de financiación.
"Si bien los indicadores de calidad de los activos han sido sólidos durante el último año, los primeros signos de deterioro se están volviendo visibles, particularmente en las empresas más pequeñas y en algunos sectores como el inmobiliario comercial", ha apuntado.
En este sentido, el vicepresidente del BCE ha señalado que, mientras que la rentabilidad corporativa se ha mantenido bien, las tasas de interés más altas están pesando sobre la capacidad de servicio de la deuda de las empresas más vulnerables.
"Una economía debilitada podría resultar un desafío para las empresas con altos niveles de deuda, ganancias moderadas y bajos índices de cobertura de intereses", ha señalado, subrayando que las empresas inmobiliarias "son particularmente vulnerables" a las pérdidas derivadas de la actual desaceleración de los mercados inmobiliarios comerciales de la zona del euro.
De tal modo, si bien la exposición de los bancos a estos mercados es comparativamente baja, las pérdidas en este segmento podrían actuar como un factor amplificador en caso de un 'shock' más amplio, ha advertido Guindos, añadiendo que los hogares, especialmente aquellos con ingresos más bajos y en países donde predominan hipotecas variables, se están viendo cada vez más presionados por las subidas de tipos.
Por otro lado, mientras que los diferenciales en los mercados de bonos gubernamentales se han mantenido contenidos, Guindos ha advertido de que los mayores costes de financiación y las políticas fiscales menos prudentes podrían reavivar las preocupaciones en torno a la sostenibilidad de la deuda soberana, particularmente en países donde los niveles de deuda ya son altos.