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MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
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El Sevilla y el Real Betis firmaron tablas (1-1) este domingo en el derbi celebrado en el Ramón Sánchez-Pizjuán de la jornada 13 de LaLiga EA Sports, un reparto de puntos aunque las sensaciones no mejoran en Nervión, ante un vecino que perdonó.
La grada pitó a su equipo en varios momentos del 'gran derbi' y terminó señalando a la directiva pidiendo su dimisión. El Sevilla sigue en fuerte marejada y un golazo de Ivan Rakitic evitó la debacle total de un equipo sin rumbo claro con Diego Alonso.
El técnico uruguayo que sustituyó a José Luis Mendilibar hace un mes no termina de encontrar su estilo en un Sevilla que se salva de una situación peor en Liga a base de empates. El Betis, que se queda séptimo en una jornada que ganaron Athletic Club y Real Sociedad, perdonó más y mejores ocasiones con un Isco estelar.
El ex precisamente del Sevilla, que fue insultado de mal gusto por la que fue su grada, fue el mejor del encuentro y dirigió una primera mitad claramente bética. El malagueño perdonó el 0-1 en los primeros segundos el derbi, en un cabezazo solo en área pequeña. Guido rozó el gol y a Bellerín se le anuló por fuera de juego.
El festival de Isco siguió pero Dmitrovic levantó el muro en la portería local. El Sevilla se dio por aludido con los pitos y en el segundo tiempo quiso al menos morder, con más control de balón y jugando en campo contrario. Youssef En-Nesyri no acertó en la que tuvo y el derbi empezó a llenarse de la tensión y la imprecisión de dos equipos sin ninguna gana de perder un partido así.
Entonces apareció Ayoze, el otro gran iluminado en el Betis, para firmar el 0-1 con calidad a 20 minutos del final. El partido, en ida y vuelta, quedó abierto para desgracia de un Betis sin el control ni la pegada para terminar con la emoción. Luiz Henrique la tuvo y un centro envenenado de Bellerín casi va para dentro, después de que el Sevilla se permitiera respirar en el parón con el 1-1.
El que fue a la red fue el misil de Rakitic, desde muy lejos y cerca de la escuadra, para dar una pequeña alegría a la afición del Pizjuán, aunque con el pitido final no dudó en recuperar su enfado. Gudelj tuvo también su clásico disparo que por poco entra, pero los de Nervión reaccionaron tarde y no lo suficiente para dar la vuelta a una temporada que va por mal camino.