MADRID (AP) — La policía enfrentó el martes por segunda noche a los manifestantes que se oponen a las negociaciones entre el gobierno de España y los partidos separatistas catalanes en torno a una posible amnistía para las miles de personas que participaron en el movimiento independentista de Cataluña.
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En Madrid, varios manifestantes ondearon banderas españolas y gritaron insultos contra el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Algunos de ellos se autoidentificaron como “nazis” en las consignas. Los manifestantes empujaron las barreras colocadas por policías con equipo antidisturbios, quienes respondieron con perdigones revestidos de caucho y golpearon a los manifestantes con toletes.
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El gobierno dijo que la protesta del martes a las afueras de la sede nacional del Partido Socialista Obrero Español, al que pertenece Sánchez, reunió a unas 7.000 personas, aproximadamente el doble de la cantidad de manifestantes que participaron en la víspera. Hubo marchas similares en otras ciudades del país.
Tres personas fueron detenidas el lunes, informó el representante de las autoridades del gobierno central en la capital española, entre ellos dos hombres por conducta violenta contra la policía y una mujer por desobediencia.
Una portavoz del partido de extrema derecha Vox, el tercero con más escaños en las Cortes Generales, dijo el martes que el partido no respalda la violencia vista en las concentraciones, pero señaló que apoya las protestas en contra del gobierno. El dirigente de Vox, Santiago Abascal, estuvo presente en el evento del lunes en Madrid.
Sánchez, dirigente del PSOE, arremetió contra las protestas y dijo que eran encabezadas por “reaccionarios”.
“Todo mi cariño y mi apoyo a la militancia socialista que está sufriendo el acoso de los reaccionarios a las casas del pueblo”, escribió Sánchez en X, anteriormente conocido como Twitter.
“Atacar las sedes del PSOE es atacar a la democracia”, añadió.
Sánchez está negociando con partidos separatistas catalanes para que apoyen sus esfuerzos de formar un nuevo gobierno y mantener en el poder a su coalición de centroizquierda, tras unos comicios inconcluyentes en julio. Pero a cambio de sus votos en el parlamento, los dos partidos separatistas han exigido una amplia amnistía que incluiría a los líderes que huyeron de España tras su fallido intento de secesión en 2017, entre otras concesiones.
Eso ha desatado la indignación de muchos españoles, incluidos los principales partidos de oposición en la derecha, que acusan a Sánchez de doblegarse ante infractores.
El conservador Partido Popular, el principal partido de oposición, ha convocado su propia protesta contra las negociaciones sobre la amnistía para el domingo en plazas de cada capital de provincia.
“No voy a consentir que en nombre de mi país (...) se pida perdón a quien agredía y a quien atacaba a las instituciones”, dijo el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
Se han producido otras protestas en las últimas semanas, pero han sido pacíficas.
Sánchez tiene hasta el 27 de noviembre para conformar un gobierno o el parlamento se disolverá de forma automática y se convocará a nuevas elecciones para enero.
Aunque ha perdido impulso en los últimos años, el movimiento separatista catalán sigue teniendo un fuerte apoyo en la acaudalada región nororiental, incluido el control del gobierno regional.
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Wilson informó en Barcelona. Alicia León en Madrid contribuyó a este despacho.