SANTIAGO (AP) — En septiembre del año pasado, Jorge Iga decidió cambiar de entrenador y mudarse de residencia en Estados Unidos. Parece haber acertado.
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Iga ganó el domingo la medalla de plata en los 200 metros estilo libre de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y dio un paso más en su sueño por ir a los Juegos Olímpicos de París.
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Iga marcó un tiempo de 1:47.56 para quedar 19 centésimas detrás del estadounidense Cobby Carrozza, quien conquistó el oro.
Frustrado por los altibajos en sus resultados, Iga tomó la decisión de salir de la Universidad de Arizona e irse a la de Virginia Tech, donde ahora estudia un posgrado. Ahí es entrenador por el español Sergio López, quien fue medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.
“Decidí hacer un cambio para mejorar, era necesario tomarme las cosas más en serio”, dijo Iga, quien no logró los tiempos mínimos para ir a la cita olímpica de Tokio 2020.
Decidido a que las cosas fueran diferentes hacia París 2024, el mexicano de 26 años eligió la tutela de López, quien clasificó a ocho competidores a Tokio 2020, entre ellos el canadiense Santo Condorelli, quien ganó una medalla de plata en relevos de esa justa.
Bajo la mentoría del entrenador español, Iga no sólo modificó sus entrenamientos en la alberca sino también su nutrición fuera de ella. Bajó 10 kilogramos, algo que le ha valido para mejorar sus marcas desde que llegó a su nuevo domicilio.
“Me siento mucho más ligero además también trabajé en la parte mental con un psicólogo y todo eso me ha funcionado a la perfección. Voy por buen camino”, agregó el competidor, quien este año fijó un tiempo de 1:46:43 en los 200 metros libres para imponer un récord mexicano.
El estar en el entorno universitario estadounidense ha alejado a Iga de los problemas entre dirigentes que dejó sin apoyos económicos a todos los deportistas mexicanos de deportes acuáticos desde enero pasado.
Iga también ha decidido buscar por cuenta propia con la iniciativa privada para patrocinar los viajes de competición.
“Ha sido duro no tener apoyos, pero creo que ya aprendimos a vivir con eso y a buscar apoyos de otras formar”, dijo Iga. “En mi caso mi motor son las empresas privadas que creen en mí y apuestan por el deporte, esta medalla se la están sacando ellos”.
Aunque logró quizá el éxito más importante de su carrera en Santiago, Iga no se conforma porque le falta el más importante que es ir a unos Juegos Olímpicos.
“Ha sido un camino duro de altas y bajas, ya no soy tan joven como era antes, pero he mostrado que con resiliencia y trabajo todo puede llegar”, remarcó. “Ahora queda seguir trabajando y darlo todo para tratar de llegar a París”.