MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
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Como ya hiciera el pasado mes de abril, Kishida ha vuelto a enviar una ofrenda, ahora con motivo del festival de otoño del santuario sintoísta, si bien ha evitando acudir al lugar para evitar críticas y tensiones al respecto, especialmente con países como Corea del Sur o China, según informaciones de la agencia de noticias Kiodo.
El lugar supone un símbolo de las agresiones militares japonesa y conmemora a los caídos en las guerras bajo el Imperio Japonés. Aunque algunos altos cargos y antiguos mandatarios defienden visitar el santuario anualmente, Kishida ha abogado por mejorar sus relaciones con los países de la región. Entre esos caídos se encuentran convictos y criminales de guerra que fueron ejecutados.
En el pasado, la visita de miembros del Gobierno japonés al templo ha provocado protestas tanto en China como en Corea del Sur. Las relaciones entre las partes se han tensado recientemente a raíz de la decisión de Japón de verter al mar el agua contaminada y tratada procedente de la central de Fukushima.