LA PAZ, Bolivia (AP) — En un nuevo capítulo de la disputa interna en el oficialismo boliviano, partidarios del presidente Luis Arce se concentraron el martes en una multitudinaria movilización en la ciudad de El Alto para dar un espaldarazo al mandatario como el hombre fuerte de Movimiento al Socialismo (MAS).
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El MAS ha quedado fracturado por las disputas entre su líder histórico Evo Morales y su heredero, el actual presidente, por la candidatura presidencial para las elecciones de 2025.
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Miles de simpatizantes de Arce salieron a manifestarse en un acto en que se coreaba “Lucho no estás solo”, contra lo que consideraron ataques “internos y externos” contra el gobierno. Pidieron que se convocara un nuevo congreso partidario —con la fecha aún por definir— y desconocieron el que convocó Morales a inicios de mes.
Esa convención del partido se organizó en el bastión cocalero afín al expresidente, en el centro de Bolivia, en la que se declaró a Arce como “autoexpulsado” por no asistir. Se ratificó a Morales como líder de esa fuerza política, quien ya había anunciado su candidatura a presidente días antes. El acto fue impugnado ante la justicia.
En la concentración del martes, también pidieron a Arce que se reformule la composición de su gabinete e incluya a personas de las organizaciones sociales, entre otros 15 puntos más.
Arce recibió las conclusiones, agradeció el apoyo a su gobierno y dijo que hará cumplir “el mandato del pueblo”.
“No somos ni cobardes, ni traidores”, dijo el presidente, mientras los militantes gritaban “Evo, traidor”.
El mandatario cuenta con el apoyo de los principales sindicatos —que son la fortaleza del MAS—, entre ellos, el campesino. En su decisión de no asistir a la convención pasada, mencionó que no estaba de acuerdo con que se dejara fuera del congreso a estas organizaciones.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, denunció que el lunes por la noche una delegación que viajaba en autobuses para llegar a la concentración fue atacada a pedradas y 23 personas resultaron heridas y señaló como responsables a seguidores de Morales, quien negó las acusaciones.
Morales escribió en su cuenta de la red social X, antes llamada Twitter, que “como fracasaron en su plan para sabotear al congreso ahora financian un cabildo con la derecha para tratar de dividirnos”.
El MAS fue el partido hegemónico durante casi 14 años y regresó al poder luego de un breve gobierno interino opositor surgido tras la renuncia de Morales en 2019 por denuncias de fraude en las elecciones en las que buscaba un cuarto mandato y que desencadenaron un estallido social que dejó 37 muertos.
El partido, que aglutina a organizaciones sociales, indígenas y de cocaleros, volvió al poder con Arce en noviembre de 2022.
Pero lejos de apoyarlo, Morales se convirtió en un duro crítico de Arce —quien fuera su ministro de Hacienda y responsable del éxito económico de su gobierno— e incluso acusó al hijo del presidente por supuestos negocios ilegales con el litio, denuncia que llegó a la fiscalía.
Según analistas la pelea entre ambos se definirá en las calles y en los estrados judiciales, que podrían determinar quién será el candidato del MAS.
La fractura del oficialismo ha despertado expectativas en la oposición de centro y de derecha, que tendrá mejores chances con un MAS fracturado. En los últimos meses han surgido aspirantes que buscan su lugar en la futura contienda electoral.
Mientras se acentúa la lucha política, el país vive una crisis económica con una escasez de dólares y la caída de las exportaciones de sus principales productos.