CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente Andrés Manuel López Obrador dio rienda suelta el jueves a las teorías de la conspiración argumentando que fue un “crimen de Estado” el asesinato de un candidato presidencial en 1994, uno de los casos más controversiales que ha marcado la política mexicana.
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Sin proporcionar pruebas, López Obrador dijo que había llegado a la conclusión de que el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio fue un “crimen de Estado”, y sostuvo que en esos casos “si no hay voluntad, lleva mucho para esclarecerse”.
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Colosio, quien era candidato del entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue asesinado el 23 de marzo de 1994 de dos disparos durante en un mitin de campaña en la ciudad fronteriza de Tijuana, estado de Baja California, lo que desencadenó una fuerte crisis política en México.
Por el asesinato fue apresado en 1994 Mario Aburto que se declaró autor material del homicidio y fue condenado a 45 años de prisión.
El político figuraba como el favorito para ganar las elecciones de 1994 y parecía preparado para llevar al PRI a un giro más a la izquierda, lejos de las políticas neoliberales y de privatización que había adoptado. Investigadores han especulado en el pasado que Colosio podría haber incomodado a algunos dirigentes del PRI.
En su conferencia matutina, López Obrador se refirió a la sentencia que emitió la semana pasada un tribunal colegiado que invalidó la condena de 45 años de prisión de Aburto, y que ordenó una nueva resolución del caso de acuerdo con el Código Penal del estado de Baja California, que contempla una pena máxima de 30 años de cárcel por homicidio.
El mandatario informó que solicitó a la Secretaría de Gobernación que analice los recursos legales en ese caso, y afirmó que el “señor Aburto tiene derecho a ser protegido por la ley. También no es un asunto nada más legal o jurídico”.
El Instituto Federal de Defensoría Pública dijo en un comunicado que espera en la próxima sentencia del caso se declare “compurgada la pena” de Aburto, puesto que el próximo año el asesino confeso completa 30 años de cárcel.
López Obrador también se refirió el jueves el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy ocurrido en 1963, y dijo, sin ofrecer ninguna prueba, que fue un “crimen de Estado”.
Al hablar de la detención en el 2020 del exsecretario de Defensa mexicano, general Salvador Cienfuegos, por parte de autoridades estadounidenses, el mandatario planteó que el caso fue parte de un complot de la DEA para debilitar a las fuerzas armadas de México y permitir que los agentes estadounidenses tuvieran rienda suelta en el territorio mexicano.
Cienfuegos fue detenido en un aeropuerto de Los Ángeles acusado de participar en una red internacional de narcotráfico y lavado de dinero.
México exigió la liberación de Cienfuegos y amenazó con expulsar a los agentes estadounidenses si no se le devolvía. Estados Unidos retiró los cargos y lo devolvió. México absolvió rápidamente a Cienfuegos de cualquier delito y el miércoles le concedió una condecoración.