Edificios reducidos a escombros. Bolsas con cadáveres en las calles. El estruendo de las sirenas y el silbido de los cohetes.
Mientras el más reciente conflicto entre Israel y los palestinos se adentraba a su cuarto día, la región estaba plagada de escenas de una ofensiva en aumento y de los dolorosos resultados del conflicto.
Combatientes de ambos bandos se alistaban y tomaban posiciones. Dolientes cargaban féretros envueltos en banderas mientras las procesiones fúnebres se extendían por la región. Las imágenes de devastación mostraban ventanas perforadas por balas hasta vecindarios destruidos por los estallidos.
Los primeros días del conflicto han dejado más de 1.900 muertos en ambos bandos. Y mientras el temor aumenta sobre lo que podrá suceder a continuación, una cosa parecía estar clara: Ese número aumentará.