MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
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"En línea con el artículo 19, parte 1, de la Ley sobre el Servicio de Inteligencia: Kristine Grigorián es nombrada jefa del servicio de Inteligencia Extranjera", recoge el breve decreto, firmado por Pashinián y publicado en la página web del Gobierno armenio.
Así, Grigorián, quien fue ministra de Justicia y Defensora del Pueblo --cargo que ocupó entre enero de 2022 y enero de 2023, cuando dimitió para "asumir un nuevo puesto"--, se convierte en la primera persona en encabezar este organismo, nacido en diciembre de 2022.
La portavoz de Pashinián, Nazeli Baghdasarián, ha explicado en una entrevista concedida a la agencia estatal armenia de noticias, Armenpress, que el objetivo de este organismo es "predecir las amenazas y oportunidades extranjeras a las que hace frente nuestro Estado y nuestra sociedad para dar a los que toman las decisiones una información relevante, aplicable y de confianza".
"Es básicamente la función que llevan a cabo todos los servicios de Inteligencia de cualquier país", ha manifestado, antes de incidir en que "es un organismo políticamente neutral, que la misión de velar exclusivamente por los intereses del Estado".
"También cooperará con otros organismos y actores de Armenia con funciones de recopilación de información de Inteligencia para reforzar la independencia, soberanía y seguridad de Armenia", ha argumentado, al tiempo que ha defendido que "es una parte importante de las reformas estratégicas en el sector de la seguridad".
Baghdasarián ha recalcado que la jefa de los servicios de Inteligencia Extranjera "tiene el objetivo de crear unos servicios de Inteligencia que respondan de forma efectiva a los desafíos actuales, que tenga unos firmes pilares institucionales y que pueda servir a los intereses vitales de Armenia". "Estamos seguros de que la experiencia de Grigorián en la administración pública es suficiente para hacerlo", ha zanjado.
El nombramiento llega en medio de las tensiones con Azerbaiyán después de que Bakú se hiciera con el control de la región de Nagorno Karabaj e iniciara el proceso de reintegración del territorio tras más de tres décadas de gobierno separatista respaldado por Armenia.
La toma de Nagorno Karabaj ha provocado el éxodo de más de 100.000 personas --respecto a las 120.000 que lo habitaban antes de la última ofensiva militar de septiembre--, por lo que Armenia ha acusado a Azerbaiyán de una "limpieza étnica" en la zona, algo rechazado por Bakú.
Armenia y Azerbaiyán están además sumidos en un proceso de conversaciones para un acuerdo de paz que delimite sus fronteras definitivas, en un momento de distanciamiento de Ereván de Moscú, su tradicional aliado en la región, tras lo sucedido en Nagorno Karabaj, donde Rusia tenía desplegada una misión de pacificación a raíz del alto el fuego de 2020.