BOSTON (AP) — Tim Wakefield, el especialista nudillero del cuerpo de lanzadores de los Medias Rojas que se redimió tras permitir un jonrón ante los Yanquis que puso fin a una postemporada en 2003 y luego se destacó para que Boston rompiera su maleficio al conquistar la Serie Mundial al ganar la Serie Mundial al año siguiente, ha fallecido. Tenía 57 años de edad.
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Los Medias Rojas informaron sobre el deceso en un comunicado el domingo.
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Wakefield padecía un cáncer cerebral, según su excompañero Curt Schilling, quien reveló la enfermedad en un podcast la semana pasada. Wakefield recibió múltiples muestras de simpatía. Los Medias Rojas confirmaron que estaba enfermo pero declinaron entrar en detalles debido a que Wakefield pidió privacidad.
“Ya es algo ser un excepcional deportista ; es otra ser un extraordinario ser humano. Tim era ambas cosas”, dijo el director ejecutivo de los Medias Rojas Tom Werner en el comunicado del equipo. “El mundo fue mejor por su presencia”.
Seleccionado por los Piratas como un primera base que fijó récords de jonrones en la universidad, Wakefield se convirtió en pitcher tras aprender el uso de la bola de nudillos en las ligas menores. Al depender de un lanzamiento de antaño que había sido descartado, acabó acreditándose 200 victorias en las mayores, incluyendo 186 con los Medias Rojas, quedando únicamente por detrás de Cy Young y Roger Clemens en la lista histórica del club.
Wakefield ganó el premio Roberto Clemente por su deportividad y trabajo por la comunicada en 2010. Fue el nominado de los Medias Rojas en otra siete oportunidades. Fue el primer capitán del equipo para un fondo benéfico, visitando a pacientes y recaudando fondos en beneficio de niños con cáncer. También fue el director honorario de la Fundación de los Medias Rojas.
“Fue un gran hombre que será muy echado de menos”, dijeron los Piratas.
Pero fue el papel de Wakefield en la intensa rivalidad Medias Rojas-Yanquis a inicios de la década de 2000 que le transformó en uno de los favoritos de la afición de Boston, con un impacto que fue más allá de sus números.
Luego que Nueva York reaccionó para empatar el séptimo juego de la serie de campeonato de la Liga Americana de 2003, Wakefield entró a relevar en el 11mo inning y Aaron Boone conectó su primer lanzamiento para el jonrón que sentenció el duelo. Boston quedó eliminado y se extendió una sequía sin ganar la Serie Mundial que se remontaba a 1918.
Doce meses después, con los Medias Rojas al borde de la eliminación ante los Yanquis en otra serie de campeonato de la Americana, Wakefield sacrificó su apertura del cuarto juego para lanzar como relevista en una paliza en el tercer juego. Ello permitió darle respiro al bullpen para el resto de la serie. Boston perdió 19-8 y quedó abajo 3-0 en la serie, pero ganó los siguientes cuatro juegos — Wakefield sacó nueve outs en extra innings del quinto juego para que eventualmente David Ortiz sellara la victoria en el 14to.
Los Medias Rojas barrieron a San Luis en la Serie Mundial para ganar su primer campeonato en 86 años y volvieron a consagrarse en 2007.
“No puedo describir lo que significaste para mí y mi familia”, escribió Ortiz en sus redes sociales. “Tengo el corazón roto ahora mismo, porque nunca podré reemplazar a un hermano y amigo como tú. Descansa en paz mi hermano”.
El mánager de los Guardianes Terry Francona, el piloto de Boston en esos dos equipos que salieron campeones, estaba en Detroit para el último juego de su carrera cuando se enteró del fallecimiento de Wakefield.
“Fue como una patada al estómago”, dijo Francona.
Boone, el actual mánager de los Yanquis, también se expresó apesadumbrado.
“Mi corazón está con su familia”, dijo. “Mi pensamientos están con toda la organización de los Medias Rojas pero también alrededor del béisbol, donde Tim era muy querido. Es un día triste”.