GUIDONIA MONTECELIO, Italia (AP) — Europa tuvo de su lado a las estrellas, los tiros cruciales y a una ruidosa afición que los ayudó a empatar el récord de la ventaja más amplia en la Copa Ryder gracias a una actuación dominante el viernes en la que Estados Unidos no pudo ganar un solo match.
Fue una dura bienvenida y un crudo recordatorio de por qué han pasado 30 años desde la última vez que Estados Unidos ganó la Copa Ryder fuera de casa. Y si Rory McIlroy, Jon Rahm y Viktor Hovland mantienen el paso, está claro que la sequía continuará.
Europa barrió la sesión inicial por primera vez, ganando todos sus matches de foursomes incluso antes de llegar al hoyo 18. Mientras que Europa ganó tres de los cuatro encuentros de fourballs que legaron a la bandera final del campo Marco Simone.
Rahm embocó desde el otro lado del green para un águila en el par 4 del 16 y luego consiguió otro eagle con un putt de 35 pies en el 18 para rescatar medio punto junto con el debutante Nicolai Hojgaard contra Scottie Scheffler y Brooks Koepka.
Justin Thomas y Jordan Spieth, invictos en tres matches previos de fourballs de la Copa Ryder, estaban un hoyo arriba y parecían enfilarse a darle el primer punto completo a Estados Unidos hasta que Hovland embocó un birdie de 25 pies en el 18.
Cuando miles de aficionados se dirigieron a la salida, Europa tenía una ventaja de 6 1/2 a 1 1/2, igualando el margen más amplio en la historia del evento. La última vez que hubo una ventaja de cinco puntos luego de apenas ocho matches fue en 2004 en Oakland Hills, cuando Europa logró un triunfo cómodo.
“Fue un gran día frente a aficionados fantásticos”, dijo McIlroy, el único en ganar sus dos duelos.
Había una gran cantidad de aficionados estadounidenses en el Marco Simone. Sólo que no hicieron mucho ruido porque no hubo mucho que festejar.
El golpe final llegó cortesía de Justin Rose, quien con 43 años era el jugador de mayor edad. Rose embocó un putt para birdie en el 18 para darle otro medio punto a Europa, en dupla con Robert MacIntyre, ante Max Homa y Wyndham Clark.
“No quería que fuéramos los únicos en dejar un punto rojo en el marcador”, dijo Rose en un ejemplo de lo despiadado que fue Europa con el público de su lado.