TOKIO (AP) — Un tribunal japonés ordenó el miércoles al gobierno central, a la prefectura de Kumamoto y a una empresa química que reconozcan a más de 120 demandantes como pacientes de la intoxicación por mercurio de Minamata, que dura ya décadas, y que paguen las indemnizaciones que se les han denegado porque desarrollaron los síntomas después de alejarse de la región.
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El tribunal de distrito de Osaka reconoció a los 128 demandantes como víctimas de la enfermedad de Minamata y ordenó al gobierno, a Kumamoto y a Chisso Corp, a la que se considera responsable de la contaminación, que pagaran 2,75 millones de yenes (18.400 dólares) a cada uno, según informaron las autoridades y los medios de comunicación.
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Los demandantes, de entre 50 y 80 años, vivían en Kumamoto y en la cercana Kagoshima cuando se produjo el envenenamiento por mercurio y posteriormente se trasladaron a Osaka y a otros lugares del oeste de Japón. Presentaron una demanda en 2014, alegando que se les había excluido injustamente de una indemnización de 2009. Habían reclamado 4,5 millones de yenes (30.170 dólares) cada uno, según sus abogados.
En la sentencia, el juez Yuki Tatsuno afirmó que se presume que los demandantes consumieron pescado contaminado con mercurio a niveles lo suficientemente altos como para desarrollar la enfermedad cuando eran niños, antes de marcharse de la región. Sus síntomas, incluido el entumecimiento de las extremidades, eran típicos del envenenamiento por mercurio y no podían explicarse por ninguna otra causa, según la sentencia.
“Estoy muy contenta de que el tribunal haya tomado una decisión justa”, dijo Yoshie Maeda, una anciana de 74 años que ahora vive en Osaka.
Yoshiyuki Tokui, abogado, elogió la sentencia como “histórica y que impulsará significativamente las medidas de alivio para la enfermedad de Minamata”.
La enfermedad de Minamata, diagnosticada por primera vez en 1956, se relacionó posteriormente con el consumo de marisco de la bahía de Minamata, en la isla de Kyushu, al sur de Japón, donde Chisso vertió compuestos de mercurio.
Se trata de una de las peores catástrofes medioambientales de Japón y se convirtió en un símbolo internacional del daño medioambiental y la corrupción tras el ascenso de Japón a la prominencia económica.
El gobierno central había alegado que no había pruebas que demostraran que los demandantes padecían la enfermedad de Minamata.