MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
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"La Guardia Costera de Filipinas y la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos condenan contundentemente la instalación de una barrera flotante por parte de la Guardia Costera China en la parte sureste del Bajo de Masinloc que impide a los pesqueros filipinos entrar en el banco de pesca", ha denunciado el portavoz de la Guardia Costera de Filipinas, Jay Tarriela en X, antes Twitter.
La barrera, de unos 300 metros de largo, fue descubierta por el buque 'BRP Datu Bankaw' durante una patrulla marítima rutinaria el pasado 22 de septiembre.
Manila sostiene que la barrera fue instalada por el personal de tres embarcaciones chinas de casco rígido hinchable y efectivos de la Milicia Marítima china.
Medio centenar de barcos filipinos de pesca artesanal estaban trabajando en la zona, pero los barcos de la Guardia Costera china emitieron hasta 15 avisos para intentar expulsar a los pescadores por incumplimiento de la ley internacional y las leyes nacionales de China.
"El buque filipino respondió a cada una de las peticiones de radio e informó de que estaban realizando una patrulla rutinaria dentro de las aguas territoriales" filipinas, ha destacado Tarriela. "Tras percatarse de la presencia de prensa a bordo del buque de la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos, los barcos de la Guardia Costera china mantuvieron una distancia de seguridad y finalmente se marcharon", ha relatado.
"La Guardia Costera de Filipinas seguirá trabajando estrechamente con todos los organismos oficiales para enfrentar estos problemas, defender nuestros derechos marítimos y proteger nuestros dominios marítimos", ha remachado el portavoz filipino.
Además de Filipinas, Brunéi, China, Malasia, Taiwán y Vietnam reivindican la soberanía en algunas zonas del mar de China Meridional, por donde cada año pasan buques con mercancías por valor de 3,4 billones de dólares.
En el caso del Bajo de Masinloc, el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya dio la razón a Filipinas en su reclamación de soberanía en 2016. La zona sería en realidad reivindicada por Taiwán, territorio que Pekín también reclama como propio, pese a que el banco de arena ya figuraba en los mapas de Filipinas durante la época de colonial española.