MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
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Ahora, Saakashvili hace frente a un caso en su contra por los hechos ocurridos en el marco de las protestas de 2007, cuando las fuerzas de seguridad irrumpieron en la sede de la cadena de televisión Imedi y se procedió a la incautación de bienes pertenecientes al empresario Badri Patarkatsishvili.
Otras cuatro personas se encuentran imputadas en el mismo caso por las medidas de represión puestas en marcha para sofocar las manifestaciones. En caso de ser hallado culpable, el exmandatario podría enfrentarse a una pena de entre 5 y 8 años de prisión.
"Saludo a toda Georgia. Aún estoy débil, pero mi espíritu no se ha roto porque pertenece al pueblo georgiano", ha dicho Saakashvili, que ha sufrido un empeoramiento de su salud a medida que avanza su tiempo en prisión. La última vista judicial del caso fue pospuesta, precisamente, por motivos de salud dado que era incapaz de participar, ni siquiera de forma telemática.
Saakashvili, que se desempeñó como presidente de Georgia de 2004 a 2013, cumple una condena de seis años por dos casos de abuso de poder en relación con la golpiza de Valeri Gelashvili, un político de la oposición, por parte de las fuerzas especiales de la policía en 2005.
El expresidente georgiano fue juzgado y condenado 'in absentia' en 2018. Este tipo de sentencias, no obstante, violan las normas internacionales sobre juicios justos. Fue arrestado tras su regreso a Georgia el 1 de octubre de 2021. Sus partidarios dicen que los cargos tienen motivaciones políticas.