EREVÁN, Armenia (AP) — Azerbaiyán reclamó el miércoles control total sobre la región separatista de Nagorno Karabaj, después de que fuerzas armenias locales acordaron deponer las armas luego de los más recientes enfrentamientos en un conflicto que ha estado vigente durante décadas.
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Las autoridades de la región de etnia armenia, que ha estado a cargo de los asuntos de la zona sin contar con reconocimiento internacional desde que estallaron los combates a principios de la década de 1990, declararon hacia el mediodía que las fuerzas de autodefensa locales depondrán las armas y se disolverán en apego a un cese del fuego mediado por Rusia.
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También informaron que representantes de la región iniciarán negociaciones el jueves con el gobierno de Bakú en torno a la “reintegración” de Nagorno Karabaj a Azerbaiyán.
El presidente azerbaiyano Ilham Aliyev celebró la victoria en un discurso transmitido en televisión nacional, señalando que "en un solo día, Azerbaiyán cumplió todos los objetivos establecidos como parte de las medidas antiterroristas locales” y “restauró su soberanía”.
El ejército de Azerbaiyán lanzó el martes una oleada de ataques de artillería y con drones en contra de las fuerzas proarmenias, desabastecidas gracias a un bloqueo de la región ubicada en el sur de las montañas del Cáucaso que es reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán.
El procurador de los derechos humanos de Nagorno Karabaj, Gegham Stepanyan, dijo que al menos 200 personas murieron, incluidos 10 civiles, y más de 400 resultaron heridas en los combates. Declaró previamente que había niños entre los muertos y heridos.
De momento no se pudo verificar las cifras que dio a conocer Stepanyan de forma independiente.
Las hostilidades agravaron una situación humanitaria de por sí complicada para los residentes que han padecido de escasez de alimentos y medicamentos desde que Azerbaiyán impuso un bloqueo en la carretera que une Nagorno Karabaj con Armenia hace varios meses.
Miles de residentes de Nagorno Karabaj huyeron en grandes números hacia un campamento operado por las fuerzas de paz rusas para evitar los combates, mientras que varios más se reunieron en el aeropuerto de la capital regional, Stepanakert, con la esperanza de escapar de la región.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, declaró en un discurso a la nación que los combates habían disminuido tras la tregua, y subrayó que las fuerzas de paz rusas en Nagorno Karabaj son plenamente responsables de la seguridad de sus residentes.
“Si las fuerzas de paz han propuesto un acuerdo de paz, significa que han aceptado completamente y sin reservas la responsabilidad de garantizar la seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj, y proporcionarles las condiciones y los derechos para que puedan vivir a salvo en su tierra y en sus hogares”, afirmó.
Pashinián, quien ya había reconocido anteriormente la soberanía de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj, dijo que Armenia no sería arrastrada a los combates. Añadió que su gobierno no participó en la negociación del acuerdo, pero “ha tomado nota” de la decisión que tomaron las autoridades separatistas de la región.
El premier negó nuevamente que hubiera tropas armenias en la región, a pesar de que las autoridades separatistas dijeron que estaban en Nagorno Karabaj y que se retirarían como parte de la tregua.
Un gran número de manifestantes se concentró el miércoles por segundo día consecutivo en Ereván, la capital armenia, bloqueando calles para exigir a las autoridades que salieran a la defensa de los armenios en Nagorno Karabaj.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que Estados Unidos estaba “profundamente preocupado” por las acciones militares de Azerbaiyán. “Hemos enfatizado en repetidas ocasiones que el uso de la fuerza es absolutamente inaceptable”, dijo, añadiendo que Washington seguía de cerca el deterioro de la situación humanitaria en Nagorno Karabaj. Además, el Consejo de Seguridad de la ONU programó para el jueves una reunión urgente sobre la ofensiva de Azerbaiyán en Nagorno Karabaj a solicitud de Francia.
Las acciones de Azerbaiyán para recuperar el control de Nagorno Karabaj desataron preocupación de que pudiera reanudarse una guerra a gran escala en la región entre los dos vecinos, los cuales han estado sumidos en una lucha por Nagorno Karabaj desde que finalizó una guerra separatista en 1994.
Durante otra guerra que duró seis semanas en 2020, Azerbaiyán recuperó amplias franjas de Nagorno Karabaj y territorios adyacentes que habían estado en poder de las fuerzas armenias durante décadas. Más de 6.700 personas murieron durante los combates, que terminaron con un acuerdo de paz mediado por Rusia. Moscú desplegó a unos 2.000 elementos de los cuerpos de paz a la región.
El conflicto ha arrastrado durante mucho tiempo a varias potencias regionales, como Rusia y Turquía. Si bien Rusia asumió el papel de mediador, Turquía expresó su apoyo incondicional a Azerbaiyán, un viejo aliado.
Rusia ha sido el principal socio económico y aliado de Armenia desde el colapso de la Unión Soviética en 1991 y tiene una base militar en el país.
Sin embargo, Pashinián ha criticado cada vez con mayor frecuencia el papel de Moscú, haciendo hincapié en su incapacidad para proteger a Nagorno Karabaj, y argumentando que Armenia necesita recurrir a Occidente para garantizar su seguridad. Moscú, por su parte, ha expresado su consternación por la inclinación prooccidental de Pashinián.
El Kremlin señaló que el presidente ruso Vladímir Putin habló por teléfono con Pashinián el miércoles, acogiendo el acuerdo para poner fin a las hostilidades y el inicio del diálogo entre funcionarios azerbaiyanos y representantes de Nagorno Karabaj.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que algunos de sus elementos de los cuerpos de paz murieron el miércoles, aunque no precisó cuántos o si los decesos ocurrieron antes o después del inicio de la tregua. La agencia señaló que el contingente de mantenimiento de paz había evacuado a más de 3.100 civiles.
La rápida rendición de los separatistas expuso sus debilidades después de la derrota de las fuerzas armenias en la guerra de 2020 y la pérdida de la única vía que une a la región con Armenia.
Thomas de Waal, investigador del centro de estudios Carnegie Europe, afirmó que las fuerzas separatistas, compuestas por varios miles de hombres mal abastecidos, “probablemente no fueron rivales para las fuerzas azerbaiyanas".
Aunque muchos armenios culparon a Rusia de la derrota de los separatistas, Moscú apuntó a la propia admisión de Pashinián de que Nagorno Karabaj era parte de Azerbaiyán.
“Sin duda, Karabaj es un asunto interno de Azerbaiyán”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. “Azerbaiyán está actuando en su propio territorio, el cual fue reconocido por los dirigentes de Armenia”.
Peskov expresó esperanza en que Azerbaiyán respete los derechos de la población de etnia armenia de Nagorno Karabaj.
El presidente francés Emmanuel Macron habló con Aliyev y “condenó la decisión de Azerbaiyán del uso de la fuerza... con el riesgo de agravar la crisis humanitaria en Nagorno Karabaj y poner en riesgo las labores actuales para alcanzar una paz justa y duradera”, informó la oficina de la presidencia francesa.
Macron “subrayó la necesidad de respetar” el cese del fuego y “brindar garantías sobre los derechos y la seguridad de la población de Karabaj, en consonancia con el derecho internacional".
El asesor presidencial de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, dijo que Bakú está “dispuesto a escuchar a la población armenia de Karabaj en relación con sus necesidades humanitarias".
Durante el anuncio de su operación militar el martes, Azerbaiyán dio a conocer una larga lista de agravios, acusando a las fuerzas proarmenias de atacar sus posiciones, colocar minas terrestres y cometer sabotajes.
Aunque Aliyev insistió en que el ejército azerbaiyano únicamente atacó instalaciones militares durante los combates, funcionarios separatistas en Nagorno Karabaj afirmaron que se registraron "intensos bombardeos en Stepanakert y otras zonas.
Antes de que entrara en vigor la tregua, resonaron explosiones en los alrededores de Stepanakert con pocos minutos de diferencia el miércoles. Incluso después de que se anunció la tregua y se dejaron de escuchar detonaciones en Stepanakert, muchos residentes decidieron permanecer en albergues por el resto del día.
Se podían observar daños considerables en la ciudad, en donde había ventanas rotas y vehículos perforados, al parecer por la metralla.
La Fiscalía General de Azerbaiyán declaró que las fuerzas armenias habían disparado contra Shusha, ciudad de Nagorno Karabaj que se encuentra bajo control de Azerbaiyán, causando la muerte de un civil.
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Los periodistas de The Associated Press Jim Heintz y Dasha Litvinova en Tallin, Estonia; Aida Sultanova en Londres; Siranush Sargsyan, en Stepanakert, y Edith M. Lederer, en Naciones Unidas, contribuyeron a este despacho.