MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
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"Cada hora mueren más de 1.000 personas por accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. La mayoría de estas muertes están causadas por la hipertensión, y la mayoría podrían haberse evitado", ha declarado el doctor Tom Frieden, presidente y director general de la iniciativa 'Resolve to Save Lives'.
La hipertensión afecta a 1 de cada 3 adultos en todo el mundo, si bien casi la mitad de los pacientes desconocen actualmente que la padecen. Además, más de tres cuartas partes de los pacientes viven en países de renta baja y media, según este informe. Precisamente, en estos lugares, casi la mitad de las muertes relacionadas con la hipertensión se producen entre personas en edad laboral menores de 70 años. "La conclusión es que la enfermedad más mortal del mundo es también la más desatendida", ha reconocido Frieden.
"Es irónico y resulta inaceptable desde el punto de vista epidemiológico y ético que la principal causa de muerte en el mundo reciba menos del uno por ciento de la financiación mundial para el desarrollo sanitario", ha sentenciado Frieden.
En palabras del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, la hipertensión puede controlarse eficazmente con regímenes de medicación sencillos y de bajo coste y, sin embargo, "solo una de cada cinco personas con hipertensión la tiene controlada".
PODRÍAN EVITARSE 76 MILLONES DE MUERTES DE AQUÍ A 2050
Esta enfermedad común y mortal provoca derrames cerebrales, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, daño renal y muchos otros problemas de salud. Según la OMS, si los países consiguen ampliar la cobertura de la enfermedad, podrían evitarse 76 millones de muertes entre 2023 y 2050.
El número de personas con hipertensión (presión arterial igual o superior a 140/90 mmHg o que toman medicación para la hipertensión) se duplicó entre 1990 y 2019, pasando de 650 millones a 1.300 millones.
La edad avanzada y la genética pueden aumentar el riesgo de padecer hipertensión arterial, pero los factores de riesgo modificables, como una dieta rica en sal, la falta de actividad física y el consumo excesivo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de hipertensión.
Los cambios en el estilo de vida, como seguir una dieta más sana, dejar el tabaco y ser más activo, pueden ayudar a reducir la tensión arterial. Algunas personas pueden necesitar medicamentos que controlen la hipertensión y prevenir las complicaciones asociadas.
La prevención, la detección precoz y el tratamiento eficaz de la hipertensión figuran entre las intervenciones más rentables de la atención sanitaria. Por ello, según la OMS, "los países deberían darles prioridad como parte de su paquete nacional de prestaciones sanitarias ofrecidas a nivel de Atención Primaria". De hecho, hay un retorno de la inversión de 18 dólares por cada dólar invertido, según se recoge en el informe.
"Los programas de control de la hipertensión siguen estando desatendidos, no se les da la prioridad que merecen y carecen de fondos suficientes. El fortalecimiento del control de la hipertensión debe formar parte de cada país hacia la cobertura sanitaria universal, basada en sistemas de salud que funcionen bien, sean equitativos y resistentes, basados en la atención primaria", ha reclamado Tedros.
Un aumento del número de pacientes tratados eficazmente por hipertensión hasta los niveles observados en países de altos ingresos podría evitar 120 millones de accidentes cerebrovasculares, 79 millones de infartos de miocardio y 17 millones de casos de cardiopatía isquémica de aquí a 2050.
"La mayoría de los infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares que se producen actualmente en el mundo pueden prevenirse con medicamentos asequibles, seguros, con medicamentos asequibles, seguros y accesibles y otras intervenciones, como la reducción de la sal", ha afirmado Michael R. Bloomberg, embajador mundial de la OMS para las enfermedades no transmisibles y los traumatismos.
Por su parte, la doctora Bente Mikkelsen, directora del departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, ha advertido de que "no es posible alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible en materia de salud a menos que se controle esta enfermedad". A su juicio, la hipertensión puede tratarse fácilmente con medicamentos genéricos seguros, ampliamente disponibles y de bajo coste mediante programas como 'HEARTS'.
La gestión eficaz de la presión arterial en la comunidad y en todo el país puede lograrse en países de todos los niveles de renta. Más de 40 países de ingresos bajos y medios, entre ellos Bangladesh, Cuba, India y Sri Lanka, han reforzado su atención a la hipertensión con el paquete 'HEARTS', con más de 17 millones de personas inscritas en programas de tratamiento.
Países como Canadá y Corea del Sur han puesto en marcha programas nacionales de tratamiento de la hipertensión, y ambos países superaron el 50 por ciento de control de la presión arterial en adultos con hipertensión.
Los programas nacionales sostenidos y sistemáticos de control de la hipertensión pueden tener éxito, y un alto nivel de control de la presión arterial se traduce en menos accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, y en una vida más larga y sana.
RECOMENDACIONES DE LA OMS
El informe subraya la importancia de aplicar las recomendaciones de la OMS sobre la atención eficaz de la hipertensión para salvar vidas. En primer lugar, recalca la necesidad de aplicar protocolos prácticos de tratamiento con dosis y fármacos específicos, y con medidas de actuación concretas para el manejo de la presión arterial no controlada.
En cuanto al suministro de medicamentos, la OMS ha recordado que el acceso "regular e ininterrumpido" a medicamentos asequibles es necesario para un tratamiento eficaz. Actualmente, los precios de los medicamentos antihipertensivos esenciales varían más de diez veces de un país a otro.
Por otro lado, el documento señala que los resultados de los pacientes mejoran cuando un equipo colabora para ajustar e intensificar los regímenes de medicación para la presión arterial según las órdenes y protocolos médicos.
La OMS también llama a reducir los obstáculos a la atención, proporcionando fármacos que sean fáciles de tomar, gratuitos y visitas de seguimiento a domicilio para medir la presión arterial. En este sentido, también se pide a los países sistemas de información "sencillos y centrados en el usuario", con un registro rápido de los datos esenciales de los pacientes, reduciendo la carga de trabajo del personal sanitario a la hora de introducir los datos.