KIEV, 12 (DPA/EP)
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La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha pedido desde Kiev al presidente de Rusia, Vladimir Putin, la liberación de niños ucranianos deportados, asegurando que este es "el primer paso hacia la paz".
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Baerbock, que llegó a la capital ucraniana este lunes por la mañana en su cuarta visita al país desde que comenzó la invasión rusa en febrero de 2022, ha asegurado que los menores ucranianos han sido "secuestrados" de "manera inhumana" con "el objetivo de ponerslos en contra de su propia patria, Ucrania".
Así, la ministra, dirigiéndose a quienes son neutrales respecto a la guerra, que ha cumplido más de un año y medio, ha pedido señalar "claramente al agresor y sus crímenes". Las autoridades ucranianas han denunciado el traslado forzoso de unos 20.000 niños de zonas cercanas al frente a territorio ruso.
En Kiev se ha reunido con su homólogo ucraniano, Dimitri Kuleba, que ha criticado las dudas del Gobierno de Olaf Scholz respecto al envío de misiles de crucero de largo alcance; así como con el presidente, Volodimir Zelenski, y el primer ministro, Denis Shmigal.
Zelenski ha agradecido a Alemania por brindar "un apoyo significativo" a Ucrania, en particular por su "respaldo militar y financiero". En su encuentro, comentaron el camino de Kiev hacia la adhesión de la Unión Europea y la conferencia de reconstrucción que se celebrará en Berlín en 2024.
Por su parte, la diplomática alemana ha remarcado que Berlín "quiere ayudar a Ucrania, que el año pasado solicitó ser miembro de la UE, a avanzar en el fortalecimiento del Estado de derecho, luchar contra la corrupción y alinearse con los estándares de la unión".
"Todavía queda camino por recorrer en la implementación de la ley antioligarcas y en la lucha contra la corrupción", ha reconocido Baerbock, después de indicar que el historial de Kiev en materia de reforma judicial sobre medios era respetable.
El Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió en marzo una orden de arresto contra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y la comisaria presidencial de los derechos de la Infancia de la Federación de Rusia, Maria Alekseievna Lvova-Belova, bajo la presunción de crimen de guerra por la deportación forzada de niños ucranianos desde zonas capturadas durante la guerra de Ucrania a territorio ruso.