LONDRES (AP) — BMW anunció el lunes planes para transformar su fábrica de los modelos Mini en Oxford, Inglaterra, para producir únicamente vehículos eléctricos, protegiendo miles de empleos en un sitio que ha fabricado automóviles durante más de 100 años.
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La automotriz alemana indicó que invertirá 600 millones de libras (751 millones de dólares) en el proyecto, lo que permitirá a la planta comenzar a fabricar dos nuevos modelos totalmente eléctricos en 2026 antes de pasar completamente a la producción de vehículos eléctricos cuatro años después.
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El compromiso se produjo después que el gobierno del Reino Unido aceptara invertir una cantidad no revelada en el proyecto.
Los planes de BMW son un voto de confianza en la asediada industria automotriz británica, que está luchando por competir en medio de un cambio en toda la industria hacia los vehículos eléctricos y los desafíos creados por el Brexit, la salida del Reino Unido del mercado único de la Unión Europea.
La decisión de la compañía también garantiza que el icónico Mini seguirá fabricándose en el país donde nació, mientras BMW pretende que la marca sea 100% eléctrica para 2030.
“Hoy anunciamos que la nueva generación de Minis totalmente eléctricos se está construyendo aquí en Oxford y estamos marcando el camino para el futuro de este sitio”, dijo Milan Nedeljkovic, miembro de la junta directiva de BMW Group a cargo de la producción.
La secretaria británica de Negocios, Kemi Badenoch, se negó a comentar sobre los informes de que el gobierno invertirá 75 millones de libras (94 millones de dólares) en el proyecto. La divulgación de dicha información complicaría las negociaciones con otras empresas, ya que el gobierno busca atraer inversiones en la producción de automóviles eléctricos, afirmó.
El gobierno ha ordenado que para 2035 sólo se puedan vender en el Reino Unido automóviles y furgonetas con cero emisiones.
“Lo que diré es que proporcionamos algún subsidio, un subsidio muy ligero, a la industria automotriz porque enfrenta muchas dificultades, y parte de eso es regulatorio”, dijo Badenoch a los periodistas en Oxford. “Entonces, si pedimos a los fabricantes que hagan la transición a cero emisiones netas, eso genera costos adicionales que lo hacen un poco más difícil, por lo que tenemos que tenerlo en cuenta”.
