NUEVA YORK (AP) — Hollywood está paralizado. Actores y guionistas llevan meses en una huelga doble. Los sets de filmación tienen las luces apagadas. Pero las películas todavía están por llegar, o, al menos, la mayoría de ellas. Incluso si eso significa caminar en solitario por la alfombra roja.
“Espero no estar promocionando la película yo sola”, dice Nia DaCosta, directora de la próxima película de Marvel “The Marvels” (10 de noviembre). “Nadie para verme a mí. Será como, '¿Dónde está Brie Larson?'”.
Aunque las huelgas de actores y guionistas en curso han ensombrecido la temporada cinematográfica de otoño (boreal) y provocando que algunas películas se pospongan, toda una serie de aspirantes a premios y éxitos de taquilla de final de año está en camino.
El otoño ha sido durante mucho tiempo el dominio preferido de cineastas y autores, pero este año lo es doblemente. Dado que a los miembros del elenco se les impide en gran medida realizar tareas de promoción, los directores (ya sea que estén al frente de una película de superhéroes o buscando una candidatura al Oscar) llevan la carga, aunque de muy mala gana.
“Creo que estamos en un mundo nuevo”, dice DaCosta sobre la huelga. “Lo que está pasando es una reflexión existencial en nuestra industria. No se resolverá en una sola ronda de negociaciones. Pero espero que los estudios puedan poner fin pronto a la huelga y hacer que todos volvamos a trabajar, a trabajar para ellos”.
Hasta ahora, el estancamiento en las negociaciones con los sindicatos ha tenido un efecto modesto en los estrenos de películas de finales del verano. El “Barbenheimer” ocupó los cines durante agosto.
Pero ahora que las huelgas han llegado al feriado por el Día del Trabajo (celebrado el primer lunes de septiembre en Estados Unidos), sin un final a la vista, la temporada alta de Hollywood está en peligro. Las huelgas ya le han robado al Festival de Cine de Venecia gran parte de su poder estelar y pronto harán lo mismo con el Festival Internacional de Cine de Toronto.
¿Se puede iniciar una campaña para los Oscar sin su posible nominado? ¿Qué tal un espectáculo global sin su elenco? Todo el mundo espera que las huelgas terminen pronto, pero está claro que, poco después de que el COVID-19 trastocara la industria, los ritmos habituales de la temporada cinematográfica de otoño se han vuelto a afectar.
Muchas cosas han cambiado. Taylor Swift está dentro. “Dune” está fuera. La lucha por la fecha de lanzamiento continúa. Pero para muchos de los cineastas que estrenarán películas en los próximos meses, ni siquiera sus propios filmes son la principal preocupación.
“Este otoño es un momento muy emocionante para el cine. Sólo quiero ver salir todas las películas”, dice Emerald Fennell, cuya sátira sobre la clase alta “Saltburn” se estrena el 24 de noviembre. “Pero para que la industria sea sostenible, para que sea mucho más accesible para la gente, que pague mejor a todos en todos los niveles: esa es la cuestión. Esa es la prioridad en lo que a mí respecta”.
Los guionistas llevan cuatro meses en huelga. Los representantes del gremio comenzaron a reunirse en agosto con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que negocia en nombre de los estudios. Pero no se produjo ningún avance. En cambio, ambas partes han discutido públicamente, atenuando las esperanzas de que el verano termine con un acuerdo.
El Sindicato de Actores de la Pantalla-Federación Estadounidense de Artistas de Televisión y Radio (SAG-AFTRA) comenzó su paro laboral el 14 de julio. La AMPTP aún no ha vuelto con los líderes del gremio a las negociaciones.
A medida que el tiempo pasa y las protestas mantienen la presión, lo que alguna vez pudo parecer un desacuerdo sobre un puñado de cuestiones, se ha convertido en una batalla generacional sobre el futuro de una industria cambiada por el streaming y con nuevas ansiedades sobre la inteligencia artificial (IA).
Por ahora, las huelgas están dejando los escenarios de los festivales inusualmente vacíos y los estrenos de alfombra roja silenciosos o inexistentes. Tal perspectiva ha obligado a algunas películas a evitar ser estrenadas en 2023, incluidas dos protagonizadas por Zendaya. “Dune: Part Two” (“Duna (parte dos)”) y “Challengers” (“Desafiantes”) se han pospuesto, al igual que el spin-off de “Wonder” (“Extraordinario”), “White Bird” (“Alas blancas”).
Muchos de los títulos más importantes del otoño se han quedado quietos o han retrocedido, con la esperanza de que la resolución llegue a principios de la temporada. Entre ellos se incluyen estrenos de finales de octubre como “Killers of the Flower Moon” (“Los asesinos de la luna”) de Martin Scorsese, en cines el 20 de octubre, y estrenos de noviembre de la precuela “The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes” (“Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes”), el 17 de noviembre, y “Napoleon” de Ridley Scott, para el 22 de noviembre, con Joaquin Phoenix.
Mientras tanto, las campañas para algunos posibles contendientes a los Premios de la Academia como Colman Domingo en “Rustin” de George C. Wolfe (en cines el 3 de noviembre, en Netflix el 17 de noviembre) y Paul Giamatti en “The Holdovers” (“Los que se quedan”) de Alexander Payne (en cines selectos el 27 de octubre y ampliada el 10 de noviembre) comenzarán sin que ninguno de los dos esté presente.
Para Payne, cuya película coprotagoniza con el artista en ascenso Dominic Sessa y Da’Vine Joy Randolph, esa pérdida es desgarradora.
“A diferencia de los actores de teatro o los músicos en los conciertos que llegan a tener ese sentimiento de culminación con el público, en el cine no tenemos eso”, dice Payne. “El único momento en el que puedes acercarte de puntillas a esa sensación de comunicación con el público es en un festival o en una primera proyección. Habría sido realmente delicioso para Paul, Dominic, Da’Vine y todos los actores ir y tener esa emoción, verlo con el público y escuchar las risas”.
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