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Escala la polémica por los libros de texto en México: de las críticas a la hoguera

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La polémica por los nuevos libros de texto en México sigue creciendo y si primero fueron las críticas en redes por errores detectados y luego los recursos judiciales para paralizar su uso, lo último ha sido la quema de un puñado de ejemplares en una hoguera, al más puro estilo de La Inquisición.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, calificó el lunes la quema de protesta en una comunidad del sureño estado de Chiapas durante el fin de semana, como un efecto del “fanatismo conservador y politiquería” de sus opositores.

“¿Cómo no se van a dar estos actos irracionales, si el presidente del (opositor Partido de Acción Nacional) PAN planteó que había que arrancarles las hojas a los libros? Pues es como el equivalente a destruirlos, ¿no? Arrancarle las hojas y no los han leído”, cuestionó el mandatario.

La escena de la hoguera se dio en una comunidad del municipio de San Cristóbal de las Casas donde un grupo de padres de familia prendieron fuego a cajas con los ejemplares, según constataron videos divulgados en redes sociales. Se escuchan gritos que dicen “queremos los libros anteriores, no porquerías”.

La crítica parecía radicar en que en esos textos —libros gratuitos que serán de lectura obligatoria para los primeros nueve grados en cada escuela— se habla de las nuevas modalidades de familia y de distintas preferencias sexuales.

Las primeras críticas a las nuevas publicaciones oficiales comenzaron hace unos meses cuando se detectaron errores, algunos embarazosos, como una lección de matemáticas sugiere que ¾ es mayor que ⅚ o una cronología que muestra una fecha de nacimiento incorrecta del héroe nacional Benito Juárez.

Luego comenzaron a llegar declaraciones altisonantes: los detractores del gobierno diciendo que los libros querían inyectar el virus del comunismo y sus defensores tachando de fascistas a los primeros y comparándolos con Hitler.

López Obrador instruyó a sus funcionarios a explicar los contenidos en conferencias de prensa vespertinas, pero la polémica en lugar de bajar, creció. Comenzó la batalla en los tribunales hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia, que hace diez días suspendió la distribución de los textos en un estado del norte mexicano mientras revisaba una controversia constitucional sobre el tema.

Además, hay recursos de amparo y declaraciones de media docena de estados de la oposición que se han negado a repartir los libros hasta que la justicia no se pronuncie en firme.

La hoguera de la comunidad de Chiapas ha sido el último ejemplo y recuerda a los sucesos vividos en otro punto de México hace más de una década, en 2012, cuando ultrarreligiosos cristianos de una comunidad del estado occidental de Michoacán destruyeron y quemaron escuelas públicas laicas porque las consideraban obra del diablo.

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