VANCOUVER, Canadá (AP) — Los bomberos que combaten los incendios forestales en el oeste de Canadá recibieron el sábado ayuda de refuerzos y de un mejor clima tras la destrucción de estructuras, el denso humo y la emisión de órdenes de evacuación para miles de habitantes a causa de la peor temporada registrada de siniestros de este tipo.
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Las llamas estaban contenidas a 15 kilómetros (9 millas) de Yellowknife, la capital de los Territorios del Noroeste, y los agotados bomberos tuvieron un respiro en los alrededores de Kelowna, en la Columbia Británica.
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Sin embargo, los bomberos están muy lejos aún de cantar victoria, en especial debido a los pronósticos de un clima más seco y con más viento para los próximos días.
“No hemos superado el peligro todavía”, dijo a The Associated Press, Mike Westwick, jefe de información sobre incendios forestales en Yellowknife. “Todavía tenemos una situación grave. No es seguro regresar”.
Yellowknife se convirtió prácticamente en una ciudad fantasma porque la mayoría de sus 20.000 habitantes comenzaron a huir por una orden de evacuación emitida el miércoles en la noche, indicaron las autoridades.
Los vehículos formaron largas caravanas que congestionaron durante días la principal carretera y los que no pudieron marcharse por tierra hicieron fila para subir a aviones de emergencia que los sacarían de la ciudad.
Los últimos 39 pacientes que estaban en un hospital fueron evacuados por aire el viernes en la noche en un avión de las Fuerzas Canadienses, de acuerdo con funcionarios.
El sábado, las autoridades dijeron que de momento no había peligro para marcharse de Yellowknife por el único camino disponible. Unas 2.600 personas continuaban en la ciudad, como personal de emergencias, bomberos, trabajadores eléctricos y policías, además de algunos habitantes que se rehusaron a irse.
Charlotte Morritt fue una de las personas que huyeron el jueves debido al insoportable humo que, dijo, podría perjudicar la salud de su hijo de 4 meses.
Morritt, periodista de la Red de Televisión de los Pueblos Indígenas, y su hijo tomaron un vuelo de evacuación que los trasladó unos 1.500 kilómetros (950 millas) al oeste hasta un lugar seguro en la ciudad de Whitehorse, Yukon, pero su pareja se quedó para vigilar la propiedad de ambos, ayudar a abrir cortafuegos y luchar contra las llamas.
“Sabíamos que sólo era cuestión de tiempo”, dijo Morritt, que da seguimiento a las actualizaciones de la prensa y las imágenes de satélite relacionadas con el avance de las llamas.
Aviones cisterna arrojaban agua y retardante para impedir el avance del fuego hacia Yellowknife. Mediante excavaciones se abrió un cortafuego de 10 kilómetros en tanto que los bomberos desplegaron 20 kilómetros (12 millas) de manguera y numerosas bombas de agua.
Canadá ha tenido este año un número récord de incendios forestales cuyo humo asfixiante ha invadido partes de Estados Unidos. En total, los incendios suman unos 5.700 que han destruido más de 137.000 kilómetros cuadrados (53.000 millas cuadradas) de un extremo a otro en Canadá, según el Centro Canadiense de Interagencias para Fuegos Forestales.
Toda la Columbia Británica se encontraba el sábado bajo estado de emergencia.
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Sharp reportó desde Portland, Maine. Los periodistas de The Associated Press Andrea Thomas, en Chicago, y Martha Bellisle, en Seattle, contribuyeron a este despacho.