El número de muertos por una fuerte explosión cerca de la capital de la República Dominicana se elevó a 11 el martes, mientras los bomberos seguían trabajando entre escombros ardientes y había personas llorando afuera de los hospitales preguntando por sus seres queridos.
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El presidente, Luis Abinader, visitó San Cristóbal, una comunidad ubicada al oeste de Santo Domingo, para reunirse con los afectados. Las autoridades señalaron que había otras 10 personas desaparecidas y que seguían trabajando para apagar las llamas entre edificios derrumbados y vehículos calcinados.
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Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia, dijo en conferencia de prensa el martes que las autoridades habían encontrado los restos de personas no identificadas dentro de un edificio, pero seguían a la espera de los resultados forenses para determinar el número de cuerpos. “Ha sido muy difícil la búsqueda de sobrevivientes”, indicó el mandatario.
Al menos otras 50 personas resultaron heridas tras el estallido del lunes en un centro comercial de San Cristóbal, dijeron las autoridades. Al menos 36 de los heridos continúan hospitalizados, de acuerdo con Joel Santos, ministro de la presidencia.
El sistema nacional de atención telefónica de emergencias informó que la explosión se produjo en una panadería del centro de la ciudad, una bulliciosa zona conocida como “Mercado Viejo”, donde la gente compra productos que van desde verduras hasta ropa. El fuego se propagó a una ferretería contigua y a una tienda de muebles cercana.
Más de 500 socorristas y funcionarios respondieron a la explosión, que destruyó cuatro edificios y dañó otros nueve, dijo Méndez a la prensa. Entre las víctimas había un bebé de cuatro meses que murió por traumatismo craneoencefálico y una mujer que trabajaba en un banco, según las autoridades.
Un agricultor que vive a varios kilómetros de distancia, dijo que al principio pensó que se trataba de truenos, dadas las tormentas habituales que se producen en agosto. Ahora espera información sobre su prima, una profesora de 31 años que sigue desaparecida.
El humo seguía envolviendo el centro de la ciudad el martes, y Rivera instó a todo el mundo a llevar mascarillas. “Esto es un humo que se está mezclando con sustancias químicas”, advirtió.
Rivera dijo que él y otros funcionarios irán de puerta en puerta para asegurarse de que las personas tengan mascarillas y determinar si tienen algún problema respiratorio o de la piel. También se espera que visite a los pacientes en un hospital local donde la gente todavía busca a sus seres queridos.
“Es muy importante las primeras 24 horas”, dijo, y agregó que las lesiones incluyeron quemaduras, fracturas y problemas respiratorios. Abinader dijo que el gobierno instalaría dos hospitales móviles para brindar tratamiento adicional, incluidos servicios psicológicos a los afectados.
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Por su parte, Santos indicó que el gobierno lanzaría una investigación para determinar si el negocio donde ocurrió la explosión estaba operando bajo las regulaciones adecuadas. No está claro qué provocó la explosión, y las autoridades no han brindado una estimación preliminar de daños.
“Lamentablemente, estas catástrofes tienen un orden de prioridad: salvar vidas, salvar los activos, asegurar extinguir lo que es el siniestro y luego evaluar daños”, dijo Santos en conferencia de prensa.