NIAMEY, Níger (AP) — Una semana después de que venciera el plazo límite para que los soldados amotinados en Níger reinstaurasen al presidente depuesto del país o enfrentaran una intervención militar, la junta no ha cedido. No se ha iniciado ninguna ninguna acción militar y los líderes golpistas parecen haber ganado la iniciativa ante el grupo regional que hizo la amenaza, según los analistas.
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La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) había dado hasta el sábado pasado a los soldados que derrocaron al gobierno elegido democráticamente del presidente Mohamed Bazoum para liberar y reinstaurar al mandatario bajo amenaza de intervención militar. El bloque ordenó el jueves el despliegue de una “fuerza de reserva” para restaurar el orden constitucional en Níger. Nigeria, Benín, Senegal y Costa de Marfil dijeron que aportarían tropas.
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Pero no estaba claro cuándo o cómo se desplegarían las tropas. Poner la operación en marcha podría tomar semanas o meses, y mientras el bloque decide qué hacer, la junta gana poder, señalaron algunos.
“Parece que los (golpistas) han ganado y se quedarán (...) Tienen todas las cartas y han consolidado su mandato”, dijo Ulf Laessing, director del programa del Sahel de la Konrad Adenauer Foundation.
Es improbable que la CEDEAO intervenga de forma militar y se arriesgue a sumir a Níger en una guerra civil, dijo, añadiendo que probablemente, la organización y los países occidentales presionarán a la junta para que acepte un breve periodo de transición.
Europa y Estados Unidos tendrán pocas opciones salvo reconocer a la junta para continuar la cooperación de seguridad en la región, indicó Laessing.
El golpe del 26 de julio está considerado como un gran golpe para muchos países occidentales, que veían a Níger como uno de sus últimos socios en la convulsa región del Sahel, al sur del desierto del Sahara, con los que podían trabajar para combatir una creciente insurgencia yihadista asociada a Al Qaeda y el grupo Estado Islámico. Estados Unidos y Francia tienen más de 2.500 militares en la región y junto con otros países europeos han invertido cientos de millones de dólares en asistencia militar e instrucción para las fuerzas nigerinas.
No estaba claro qué ocurriría días después de que la CEDEAO anunciara su fuerza de “reserva”.
Una reunión de los responsables de defensa de la región se aplazó sin fecha. La Unión Africana tenía previsto celebrar una reunión el lunes sobre la crisis de Níger. El Consejo de Paz y Seguridad del grupo podría revocar la decisión si cree que una intervención amenaza la paz y seguridad en el continente en general.
El aplazamiento de la cumbre de jefes de defensa indica que la CEDEAO ve el empleo de la fuerza como último recurso, indicó Nate Allen, profesor asociado del Africa Center of Strategic Studies.
“Dados los probables desafíos que enfrentaría una intervención, (el uso de la fuerza) requeriría un alto grado de consenso y coordinación no sólo dentro de ECOWAS, sino dentro de la Unión Africana y la comunidad internacional en general”, indicó.
Pero personas cercanas a la junta dicen que se preparan para pelear, especialmente porque los soldados no están dispuestos a negociar a menos que la CEDEAO reconozcan como gobernante a su líder, el general Abdourahmane Tchiani, que derrocó al presidente.
“La CEDEAO exige que (la junta) libere de inmediato al presidente Bazoum y le reinstaure como jefe del estado. ¿Es una broma?”, dijo Insa Garba Saidou, un activista local que asiste a los nuevos gobernantes militares del país con las comunicaciones y dice estar en contacto directo con ellos. “Tanto si Bazoum renuncia como si no, nunca volverá a ser presidente de Níger”.
Conforme pasa el tiempo crece la preocupación por la seguridad de Bazoum, que está bajo arresto domiciliario con su esposa y su hijo desde el golpe. Personas cercanas a él dicen que las condiciones en las que se encuentra se están deteriorando, sin agua corriente, electricidad ni comida suficiente. La junta de Níger dijo a un diplomático estadounidense que mataría al presidente si los países vecinos intentaban cualquier intervención militar para reinstaurarle en el cargo, según dijeron dos funcionarios occidentales a The Associated Press.
La mayoría de nigerinos intentaba seguir con su vida mientras continuaba el pulso entre los líderes golpistas y los países de la región.
Las calles de la capital, Niamey, estaban tranquilas en su mayor parte salvo por pequeñas manifestaciones esporádicas a favor de la junta. Cientos de personas marcharon el viernes hacia la base militar francesa exigiendo la marcha de los franceses mientras ondeaban banderas rusas.
Mercenarios del Grupo Wagner, asociado a Rusia, operan ya en un puñado de países africanos, y están acusados de cometer violaciones de derechos humanos. Según reportes, la junta pidió ayuda al grupo de mercenarios en una visita este mes a la vecina Mali, que también está gobernada por un régimen militar y colabora con Wagner.