CIUDAD DE MÉXICO (AP) — “Red, White & Royal Blue” ("Rojo, blanco y sangre azul") es una comedia romántica de fantasía en la que Estados Unidos y Gran Bretaña están enfrentados por un fiasco en una boda real que debe ser enmendado por el hijo de la presidenta estadounidense y el hermano menor del príncipe heredero al trono. El problema es que ambos se caen muy, muy mal.
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La película, estrenada el viernes en Prime Video, es dirigida por el dramaturgo de ascendencia puertorriqueña Matthew López, galardonado con el Tony por “The Inheritance” ("La herencia"). Está basada en la novela de la escritora estadounidense Casey McQuiston, que rápidamente se convirtió en un éxito de ventas tras su debut en 2019 y llamó la atención de Amazon Studios. López coescribió el guion con Ted Malawer.
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“Leí el libro poco después de que fue publicado”, dijo López en una entrevista reciente por videollamada desde Nueva York. “Me enamoré locamente de él y me encantaron los personajes, así que busqué hacer esto, quería hacer esta película después de leer el libro”.
Parecería que abordar temas de la realeza y presidentes estadounidenses implica protocolos y puede causar molestias, especialmente si se trata de una comedia, pero López, quien debuta como director con el filme, dijo que no fue complicado lograr que se desarrollara.
“Había un gran deseo por hacer esta película de parte de todos los involucrados”, dijo. “Cuando pienso en lo difícil que suele ser hacer películas, esta realmente parece la gran excepción; no fue fácil siempre, pero había un gran deseo de parte de todos para que sucediera”
La historia de McQuiston muestra cómo del odio se puede pasar al amor. El príncipe llamado Henry es gay, el hijo de la presidenta, Alex Claremont-Diaz, no está muy seguro de cómo se identifica, pero cuando se ven obligados a hacer una gira de publicidad para restaurar su imagen con entrevistas y posados comienzan a ver que en realidad no se disgustan tanto. Ante la sociedad, ambos siguen en el clóset y su romance permanece secreto.
“Creo que parte del problema que tiene Henry, en especial como personaje, es que está obligado por las circunstancias a no ser honesto”, dijo López. “Y esto le impide ser honesto consigo mismo”.
“Alex le permite a Henry encontrar la persona que es en la vida y ser él mismo y al hacerlo Henry termina cambiando el mundo”.
Por su parte, Alex tiene sus propios retos como un joven latino en Estados Unidos. En un diálogo le dice a Henry que crecer con un apellido que termina en “z” en el país inmediatamente crea una marca indeleble. López, quien creció en Florida, comparte este sentimiento con el personaje.
“No hay mucha gente en posiciones de poder que se ven como tú y suenan como tú y esa es una verdad que tanta gente ha experimentado en la vida, es una verdad que yo he experimentado en mi vida”, señaló. “Quería poder decir eso en una película y que la gente escuchara a alguien decirlo... Mucha gente me ha dicho cómo resonó esto con ellos”.
Aunque el filme está basado en la fantasía, también recuerda la realidad, como las dificultades que ha enfrentado el príncipe Enrique de Inglaterra al renunciar a sus deberes reales, y también plantea nuevos panoramas, con una presidenta de Estados Unidos: “Me gustaría eso”, dijo López sobre la posibilidad de que una mujer lidere su país.
La película cuenta con un elenco estelar: Stephen Fry interpreta al rey de Gran Bretaña y Uma Thurman a la presidenta estadounidense, Taylor Zakhar Pérez (de “The Kissing Booth”) da vida a Alex y Nicholas Galitzine (de “Cinderella”), a Henry.
López dijo que al comienzo “no tenía en mente a nadie” para los papeles protagónicos, por lo que encontrar a la pareja adecuada requirió una búsqueda exhaustiva a lo largo de unos cinco meses.
“Literalmente vi a cientos y cientos de actores”, dijo. “Fue un proceso muy concienzudo”.
Pero cuando vio las pruebas de Pérez y Galitzine supo que eran ellos y se terminó de convencer con una prueba de química por Zoom.
“Se llevaron tan hermosamente; no fue sencillo, pero al mismo tiempo fue increíblemente claro una vez que los conocí a los dos”, apuntó.
Para el cineasta, recrear el Palacio de Buckingham y la Casa Blanca fue todo un placer a nivel de producción, al igual que hacer su propia versión de Texas al otro lado del Atlántico.
“Filmamos todo en Inglaterra, principalmente en Londres”, dijo. “Creo que una de las cosas que son más divertidas del libro y por lo que era una gran oportunidad para hacer una película, era que a la gente le encantan las historias que se desarrollan en lugares lujosos”