MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
"La atroz masacre y el asesinato traicionero y terrorista que tuvo lugar contra activistas de las Fuerzas de Seguridad Nacional mientras cumplían con sus deberes nacionales de preservar la seguridad y la protección de nuestro pueblo en el campamento de Ain al Hilweh, y de garantizar la seguridad del vecindario libanés, está traspasando todas las líneas rojas", ha declarado la Presidencia palestina en un comunicado recogido por la agencia de noticias WAFA.
Además, han acusado a "grupos terroristas extremistas" de trabajar durante años para socavar la estabilidad del campamento y ha prometido que los responsables "rendirán cuentas".
"Hemos trabajado en los últimos años con gran esfuerzo para mantener la seguridad y la estabilidad, en coordinación con el Estado libanés y sus organismos oficiales y de seguridad, y seguiremos por este camino para preservar la seguridad y la soberanía de Líbano y proteger a nuestro pueblo en los campamentos y bajo el imperio de la ley y la seguridad libanesas", ha añadido la Presidencia.
Los enfrentamientos en el campamento han dejado al menos seis muertos, entre ellos un comandante palestino, y graves daños a dos escuelas de Naciones Unidas.
El campamento, que se encuentra a las afueras de la ciudad de Sidón, en el sur del país, es tristemente conocido por los enfrentamientos entre facciones palestinas que operan en el lugar, donde viven 54.000 refugiados palestinos.
La agencia oficial de noticias de Líbano, NNA, ha identificado al comandante fallecido como Abu Ashraf al Armoushi, vinculado al movimiento palestino Al Fatá, el partido del Gobierno palestino. Los enfrentamientos, añaden por su parte fuentes del portal libanés Naharnet, parecen haber ocurrido entre integrantes de esta formación y miembros de grupos islamistas, sin dar nombres.
Otros tres fallecidos eran escoltas de este comandante, según estas mismas fuentes, que han muerto en una emboscada donde sus atacantes han empleado cohetes autopropulsados y fuego de francotirador.
Esta violencia se ha cebado con dos escuelas con capacidad para 2.000 estudiantes de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, cuya directora en el país, Dorothee Klaus, ha anunciado la suspensión temporal de las actividades en el campamento.
La UNWRA "pide a todos los partidos militantes que garanticen la seguridad de los civiles y respeten la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU", ha añadido Klaus en su cuenta de la red social X, antes conocida como Twitter.
Ain al Hilweh es prácticamente una ciudad sin ley donde el Ejército libanés se abstiene de intervenir y prefiere dejar las cuestiones de seguridad en manos de las milicias palestinas.
Los ocasionales enfrentamientos entre facciones enfurecen todavía más a una población libanesa que está marginando cada vez más a los casi 500.000 palestinos refugiados en el país, escenario de una gravísima crisis económica.
En una reacción a la violencia, el primer ministro en funciones de Líbano, Nayib Mikati, ha repudiado principalmente estos combates como un intento de "emplear el territorio libanés para zanjar disputas externas a expensas del país y de su gente" en un momento en que el Gobierno está haciendo enormes "esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de los palestinos".
"Estos enfrentamientos son inaceptables por varias razones", ha añadido Mikati, "la primera de las cuales es que convierten el campo en un hervidero fuera del control del Estado, algo absolutamente inaceptable".
Por ello, Mikati ha pedido a los líderes palestinos que tomen "medidas estrictas para respetar la soberanía libanesa, las leyes relacionadas y los principios de hospitalidad" para impedir unos enfrentamientos que, en el fondo, añade el primer ministro, "constituyen un golpe al corazón de la causa palestina".