MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Tanto las abejas melíferas como las avispas sociales construyen nidos formados por "celdas" hexagonales donde crían a sus polluelos y almacenan sus alimentos. Aunque utilizan diferentes materiales para construir sus nidos, las abejas y las avispas han evolucionado de forma independiente esta estructura de panal hexagonal porque es el uso más eficiente del espacio y de los materiales de construcción. Sin embargo, en algunas especies de abejas y avispas, las reinas y los machos son más grandes que las obreras, por lo que necesitan celdas más grandes.
Los investigadores analizaron fotografías de los nidos de cinco especies de abejas melíferas y cinco especies de avispas, que contenían un total de 22.745 celdas. Descubrieron que la diferencia de tamaño entre estas células reproductoras especializadas y las células obreras oscilaba entre cero en la avispa 'Metapolybia mesoamerica', hasta células de zángano en nidos de la abeja melífera 'Apis andreniformis' que eran 2,7 veces mayores que las células obreras. Cuanto mayor es la diferencia, mayor es el problema arquitectónico.
Los investigadores descubrieron que las avispas y las abejas utilizaban técnicas de construcción similares en la transición entre celdas pequeñas y grandes: si la diferencia de tamaño era menor, los insectos construían celdas hexagonales de tamaño intermedio en el medio, pero cuando la diferencia de tamaño era más pronunciada, construían pares de celdas de cinco y siete lados en la unión. Un modelo matemático de la estructura del panal hexagonal generó un patrón similar de celdas de tamaño intermedio y pentagonales/heptagonales en la transición entre distintos tamaños de celda, lo que indica que la estructura observada se basa en reglas geométricas fundamentales.
Estos resultados demuestran que, a pesar de 179 millones de años de evolución independiente, las abejas melíferas y las avispas sociales han convergido en las mismas soluciones geométricas al reto arquitectónico de construir nidos que puedan albergar crías de distintos tamaños, afirman los autores.
"Nos metimos en este proyecto sin saber lo que encontraríamos, pero ver que todos estos colectivos constructores de hexágonos han llegado a las mismas soluciones arquitectónicas es asombroso --reconoce Smith--. Estos grupos evolucionaron de forma independiente la construcción de células hexagonales, y están separados por 179 millones de años, y sin embargo, han convergido en los mismos trucos arquitectónicos".