CÓRDOBA, 26 (EUROPA PRESS)
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"A los jóvenes les hace mucho bien ver una Iglesia universal, joven, dinámica, vivir estos días de comunión y encuentro con otros jóvenes del mundo entero, ser acogidos por las diócesis como si fueran sus hijos. Les hace mucho bien cantar, bailar, adorar al Señor, confesarse, participar en la Eucaristía. Es decir, pasárselo bien precisamente por ser cristianos. No necesitan ni porros, ni preservativos, ni alcohol para vivir una alegría inolvidable", subraya el obispo en su carta semanal, recogida por Europa Press.
En este sentido, el obispo explica que la JMJ "es un encuentro que se viene preparando cada tres años desde las parroquias, los colegios, los grupos y comunidades, desde toda la realidad juvenil que se va renovando continuamente", y "ese encuentro juvenil a nivel mundial imprime un impulso precioso para continuar la tarea de evangelizar esta generación".
De hecho y según argumenta Demetrio Fernández, "a los jóvenes les hace mucho bien ver una Iglesia universal, joven y dinámica, y vivir estos días de comunión y encuentro con otros jóvenes del mundo entero", siendo "acogidos por las diócesis" portuguesas, en este caso, "como si fueran sus hijos".
"El momento del encuentro --prosigue-- es también momento vocacional. Jesucristo sigue llamando a los jóvenes, cuenta con ellos para construir su Iglesia y renovar el mundo, y los llama a todos para que estén con él y hacerlos corresponsables de transmitir al mundo su Evangelio".
MATRIMONIO CRISTIANO
De esta forma, dice que "a muchos de ellos los llama por el camino del matrimonio cristiano, y las JMJ son lugares de encuentro, de conocimiento y de compromiso". "En las JMJ han surgido muchos noviazgos o se han afianzado definitivamente", apunta, al tiempo que añade que "a otros muchos los llama a la vida consagrada, a estar con él con exclusividad, a seguirle a él en pobreza, castidad completa y obediencia. Es la vida religiosa, que tanto necesita la Iglesia y que tanto bien hace a la humanidad".
Junto a ellos, precisa que "a otros muchos jóvenes los llama al sacerdocio ministerial, para prolongar a Jesús en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía y en el perdón, para acompañar al pueblo santo de Dios". "¿Qué plan tiene Dios para mí, para hacerme feliz, para servir hoy a su Iglesia y al mundo? Es la pregunta ineludible de los jóvenes que asisten a la JMJ de Lisboa", zanja.