MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
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"Necesitamos una nueva alianza entre jóvenes y ancianos, para que la linfa de quien tiene a sus espaldas una larga experiencia de vida irrigue los brotes de esperanza de quien está creciendo. En este intercambio fecundo aprendemos la belleza de la vida, construimos una sociedad fraterna, y en la Iglesia permitimos el encuentro y el diálogo entre la tradición y las novedades del Espíritu", ha afirmado este domingo asomado a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano, tras terminar la oración mariana.
El Pontífice así lo ha pronunciado ante los fieles, entre los cuales se encontraban numerosos ancianos, a los que ha dedicado su homilía. En concreto, se ha referido a la relación entre los jóvenes y los ancianos, "que hay que cultivar y hacer crecer".
"Estemos atentos, para que nuestras aglomeradas ciudades no se conviertan en 'concentrados de soledad'. Para que la política, que está llamada a proveer a las necesidades de los más frágiles, no se olvide precisamente de los ancianos, dejando que el mercado los relegue a descartes improductivos. No vaya a suceder que, a fuerza de seguir a toda velocidad los mitos de la eficiencia y del rendimiento, seamos incapaces de frenar para acompañar a los que les cuesta seguir el ritmo. Por favor, mezclémonos, crezcamos juntos", ha sostenido.
El Pontífice ha centrado su reflexión en tres parábolas que Jesús usa para hablar del Reino de Dios en el Evangelio del día, que tienen un aspecto en común: el crecer juntos. "Cuenta historias sencillas, que llegan al corazón de quien lo escucha". Se trata de un lenguaje, lleno de imágenes, explica, que se asemeja al que muchas veces usan los abuelos con los nietos y que comunican una sabiduría importante para la vida", ha comentado.
El Papa ha dirigido su pensamiento a la vida de los ancianos y abuelos que han realizado ya un "largo trecho" en el camino de la vida y, al volver la vista atrás, ven tantas cosas hermosas que han conseguido, pero también "derrotas y errores".
Por último, en la tercera parábola, el Papa Francisco ha citado su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium y ha manifestado que el verbo 'mezclar', evoca ese arte que conlleva 'la mística de vivir juntos'. "La Palabra divina no nos invita a separar, a cerrarnos, a pensar que podemos hacerlo solos, sino a crecer juntos. Escuchémonos, dialoguemos, sostengámonos recíprocamente. No olvidemos a los abuelos y a los ancianos. Muchas veces, gracias a una caricia suya hemos vuelto a levantarnos, hemos reanudado el camino, nos henos sentido amados, sanados por dentro. Ellos se han sacrificado por nosotros y nosotros no podemos sacarlos de la agenda de nuestras prioridades. Crezcamos juntos, vayamos adelante juntos. El Señor bendecirá nuestro camino", ha indicado.