SANTIAGO (AP) — Las siluetas de 119 detenidos desaparecidos transitan por las calles de un lluvioso Santiago el sábado, a casi 50 años de su desaparición. Unas 3.000 personas los acompañan en este periplo póstumo, con diversas paradas programadas, en un homenaje a las víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) que en Chile sigue generando diferencias y visiones encontradas.
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Sus familiares, las instituciones políticas, una parte la sociedad civil, los colectivos de lucha por los derechos humanos se hace presente en este acto de memoria colectiva pasado por mucha agua que rescata el recuerdo de la llamada “Operación Colombo” en 1975, uno de los actos de propaganda de la dictadura de Pinochet que tuvo más repercusión internacional.
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Fueron 100 hombres y 19 mujeres, en su mayoría menores de 30 años, secuestrados entre mayo de 1974 y febrero de 1975 por la Dirección Nacional de Inteligencia, la DINA, de Pinochet.
“Para mí, el estar y la memoria es lo más importante, mantener el trabajo que se hizo en la agrupación, por saber de ellos, por hacer justicia y la reparación que corresponde”, dijo Hilda Saldívar, madre de un detenido desaparecido, a The Associated Press. “Siempre en las actividades, en las salidas, estaba presente él”, dijo, extendiendo la memoria de su hijo. “Eso nos daba fuerza todos los días para seguir buscándolo y para seguir entregando nuestra verdad”, añade Saldívar, sujetando la silueta que representa a una de esas 119 víctimas.
“Nos interesa que se sepa de cada uno de ellos, dónde están, dónde quedaron sus restos”, nos falta “la verdad completa”, para poder irnos tranquilos, continua con la voz tranquila, Saldivar, a sus 94 años en los que aún no puede ubicar el paradero de su hijo.
La marcha parte del Museo de la Memoria de Santiago, que custodia las siluetas y las caras de estos 119 nombres, fabricadas con cartón y madera, pintadas a mano a partir de retratos fotográficos para pasear por distintos puntos de la ciudad y terminar en el museo de Bellas Artes, donde se celebrarán actos artísticos en torno a sus figuras.
Recibir las 119 siluetas “nos permite ser parte de una memoria vigente de la cual nunca debemos desprendernos”, señala Varinia Brodsky, directora del museo.
La marcha, que continúa durante el domingo con diversos actos conmemorativos “es organizada a partir del trabajo con más de una decena de colectivos de memoria, que llevan décadas y años resistiendo el olvido, los pactos de silencio, el negacionismo, los montajes comunicacionales, las complicidades pasivas y las negaciones políticas que han intentado relavitizar las sistemáticas violaciones a los derechos humanos en estos 50 años”, afirmaron en la presentación de la iniciativa Paula Honorato y Daniela Cornejo, curadora y organizadora del proyecto “Acontecer 50 años” en el que se enmarca la actividad, parte de numerosos actos de conmemoración del golpe militar en el país.
La intervención popular del sábado “tiene una importancia que trasciende a los familiares y colectivos que estamos participando, ya que tiene que ver con el derecho que tienen los pueblos de preservar, recuperar y poner a disposición del presente la memoria y la resistencia de las luchas”, comentaó Roberto D’Orival, del Colectivo 119 Familiares y Compañeros.
La Operación Colombo fue un apéndice del Plan Cóndor ejecutado por las dictaduras de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia que consistía en el intercambio de información y prisioneros.
Una lista de 119 nombres aparecieron publicados el 25 de junio de 1975 en la revista Novo O´Dia de Brasil y el 15 de julio del mismo año en el semanario Lea de Argentina como parte de un montaje para hacer creer que los chilenos habían fallecido en enfrentamientos con agentes argentinos o en rencillas internas.
Las investigaciones judiciales demostraron que ninguno de los 119 abandonó Chile y que fueron secuestrados en diversos operativos de la Dirección Nacional de Inteligencia, la temida DINA, responsable de las peores violaciones a los derechos humanos en Chile tras el golpe militar de septiembre de 1973.
La dictadura liderada por Augusto Pinochet (1973-1990) dejó un saldo de más de 40.000 víctimas, entre ellos unos 3.000 opositores asesinados, de los que más de 1.400 fueron víctimas de desaparición forzada. Tras décadas de búsquedas se encontraron e identificaron restos óseos de 307 personas y faltan por encontrar otras 1.100, según cifras oficiales.
El gobierno del presidente Gabriel Boric anunció un plan nacional para que el Estado asuma la búsqueda de los desaparecidos, una labor que por años ha recaído en el esfuerzo de familiares y agrupaciones de víctimas de la dictadura.
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En esta nota colaboró el camarógrafo de Associated Press, Alexandre Plaza