NUEVA DELHI (AP) — Miles de personas, en su mayoría mujeres, llevaron a cabo el sábado una sentada en Manipur, estado nororiental de la India sacudido por la violencia, para exigir la detención inmediata de los implicados en las terribles agresiones colectivas a dos mujeres que fueron exhibidas desnudas.
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Líderes religiosos y de organizaciones de mujeres se dirigieron a cerca de 15.000 manifestantes, que también pidieron la destitución de Biren Singh, máximo cargo electo del estado, donde han muerto más de 130 personas desde que estalló la violencia entre dos grupos étnicos dominantes a principios de mayo. La protesta se celebró en Churachandpur, ciudad situada 65 kilómetros (40 millas) al sur de Imphal, la capital del estado.
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Un video que muestra las agresiones a las mujeres provocó una indignación masiva y fue ampliamente compartido en las redes sociales a última hora del miércoles, a pesar de que el internet está bloqueado en su mayor parte y los periodistas no pueden acceder al remoto estado. Las imágenes muestran a dos mujeres desnudas rodeadas por decenas de jóvenes que les manosean los genitales y las arrastran a un campo.
Según la policía, la agresión se produjo el 4 de mayo, un día después de que comenzara la violencia. Según una denuncia policial presentada el 18 de mayo, las dos mujeres formaban parte de una familia atacada por una turba que mató a sus dos miembros varones. La denuncia alega violación y asesinato por “malhechores desconocidos”.
El gobierno del estado anunció el sábado la detención de un quinto sospechoso. Rajiv Singh, director general de la policía del estado, declaró que la policía estaba llevando a cabo redadas para detener a otros sospechosos.
Manipur ha sido escenario de una cuasi-guerra civil que estalló cuando los kukis cristianos protestaron por la petición de los meiteis, de mayoría hindú, de un estatus especial que les permitiera comprar tierras en las colinas pobladas por kukis y otros grupos tribales, así como una parte garantizada de los puestos de trabajo del gobierno.
Los enfrentamientos han persistido a pesar de la presencia del ejército en Manipur, un estado de 3,2 millones de habitantes enclavado en las montañas de la frontera india con Myanmar que ahora está dividido en dos zonas étnicas. Más de 60.000 personas han huido a campos de ayuda abarrotados.
Cerca de 400 hombres y mujeres celebraron también una protesta en la capital india con reivindicaciones similares. Llevaban pancartas en las que se leía “Exigimos medidas contra los responsables” y “Renuncia, Biren Singh”.
En el estado de Manipur, los manifestantes se reunieron en un “Muro del Recuerdo” en un descampado de Churachandpur, bastión de la tribu kuki, donde guardaban ataúdes simulados de personas de su comunidad minoritaria muertas en la violencia.
Ngaineikim, presidenta de la Organización de Mujeres Kuki por los Derechos Humanos, acusó a Singh, que pertenece a la comunidad mayoritaria meiti, de orquestar las atrocidades y luego expresar su simpatía por las víctimas.
Singh no hizo declaraciones inmediatamente, pero el jueves declaró que se estaba llevando a cabo una investigación para garantizar que “se toman medidas estrictas contra todos los autores, incluida la posibilidad de la pena capital. Sepan todos que no hay absolutamente ningún lugar para actos tan atroces en nuestra sociedad”.