MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
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El combinado estadounidense busca mantener su hegemonía mundial y conquistar su quinto trofeo, el tercero consecutivo tras sus victorias en 2015 y 2019, algo inédito hasta el momento en la 'corta' historia del campeonato. Alemania, campeona en 2003 y 2007, es la otra selección que tuvo esa opción, pero sin éxito en 2011, donde era anfitriona y donde cayó en cuartos ante Japón, posterior ganadora.
La actual campeona, que reinó también en 1991 y 1999 y que ha jugado las últimas tres finales, es una clara candidata a pelear por un nuevo éxito ya que ninguna selección puede presumir no sólo de tantos títulos sino también de haberse plantado en todas las ediciones al menos en las semifinales, muestra del potencial del fútbol femenino en este país, donde supera claramente al masculino.
Sin embargo, parece que a Australia y Nueva Zelanda no llega tan atemorizante como antaño, tanto porque su nivel no parece el mismo por el crecimiento de otros rivales, sobre todo europeos. De hecho, el equipo que dirige Vlatko Andonovski, relevo de la laureada Jill Ellis, ha tenido una preparación irregular con derrotas invernales en Europa ante Inglaterra, España y Alemania, aunque lo ha ganado todo en 2023.
La selección estadounidense, número uno del ranking FIFA, defenderá el título con todavía buena parte de la plantilla con la que renovó su trono en 2019, con figuras como la carismática Megan Rapinoe, en su última aparición internacional, Alex Morgan o Rose Lavelle, la sensible baja de la veterana defensa Becky Sauerbrunn y una plantilla donde sólo la centrocampista Lindsey Horan juega fuera del país, en el potente Olympique de Lyon.
El principal rival para los Estados Unidos en este inicio mundialista serán los Países Bajos, un equipo con buen nivel y que buscará la revancha de la final de hace cuatro años, cuando cayó por 2-0 en la pelea por el título.
La actual subcampeona ha perdido a una de sus grandes valedoras, la técnico Sarina Wiegman, con la que se proclamó también campeona de Europa en 2017 y que ahora dirige con éxito a Inglaterra. Su puesto lo ocupa ahora Andries Jonker, que tratará de volver a colocar a las neerlandesas entre las mejores tras la floja actuación en la pasada Eurocopa donde pasaron de los cuartos de final.
Países Bajos afrontará la tercera Copa del Mundo de su historia, todas ellas desde su estreno en 2015, con una plantilla donde destacan futbolistas de nivel como la centrocampista Jill Roord, la extremo Lieke Martens, que no ha tenido su mejor año, o la española Damaris Egurrola, pero que tendrá la importante baja de la delantera Vivianne Miedema, otra futbolista que ha sufrido una grave lesión de rodilla.
El combinado neerlandés, noveno del ranking mundial, compartió también grupo en la pasada Eurocopa con Portugal, que le creó muchos problemas aunque terminó cayendo por 3-2. Ahora, un año después, las portuguesas quieren aprovechar su mayor experiencia en lo que será su debut en una Copa del Mundo.
El equipo de Francisco Neto, segunda en su grupo de clasificación tras Alemania, necesitó eliminar posteriormente a Bélgica, Islandia y Camerún, esta última con un penalti en el minuto 94 para sellar su presencia en este Mundial, donde buscará sorprender para pelear por avivar su sueño. Muchas de sus opciones pasarán por las botas de Jessica Silva.
Finalmente, el grupo se completa con la presencia de otra novata en estas lides como es la selección de Vietnam, la número 32 del ranking FIFA, que se clasificó a través de la repesca asiática al batir a China Taipei. Huynh Nhu, primera jugadora de su país en jugar en Europa, es el referente del equipo que entrena Mai Duc Chung y al que España goleó 9-0 en un partido de entrenamiento previo a este Mundial, pero que sí plantó cara en otro amistoso ante Alemania (2-1).