Después de dos años de precios dolorosamente altos, la inflación en Estados Unidos alcanzó su punto más bajo en más de dos años: 3% en junio, comparado con los 12 meses previos; una señal de que los constantes incrementos de la Reserva Federal a las tasas de interés han desacelerado el alza de los precios en la economía en general.
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La cifra de inflación reportada el miércoles fue menor a la tasa anual de mayo de 4%, aunque sigue superando la meta de la Fed de 2%. En los últimos 12 meses, los precios de la gasolina han bajado, los alimentos se han encarecido más lentamente y los vehículos usados cuestan un poco menos.
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Al mismo tiempo, la inflación subyacente sigue persistentemente alta y sigue siendo un punto importante de preocupación para la Fed, que es casi seguro que incremente su principal tasa de interés nuevamente cuando se reúna en un par de semanas. El banco central estadounidense ha subido su principal tasa de interés en sustanciales 5 puntos porcentuales desde marzo de 2022, el ritmo más rápido de incrementos en cuatro décadas.
La cifra anual de inflación para junio representó el menor incremento en su tipo desde marzo de 2021, cuando comenzó esta dolorosa tendencia al alza a medida que la economía despertaba de la recesión causada por la pandemia.
Sin embargo, con la mayoría de las cifras de inflación todavía incómodamente altas, la Fed no parece estar lista para detener sus aumentos de tasas. Aunque el mes pasado hizo una pausa en los incrementos después de 10 consecutivos, se espera un nuevo ajuste en su reunión de este mes. Los encargos de las políticas de la Fed han señalado que podrían subir las tasas otra vez cuando se reúnan nuevamente en septiembre.
Sin embargo, algunos economistas han sugerido que si la inflación sigue desacelerándose y la economía muestra suficientes signos de enfriamiento, el aumento de julio podría ser el último de la Fed.