TEL AVIV, Israel (AP) — Ataques contra milicianos palestinos en una abarrotada zona residencial. Topadoras blindadas que arremeten por calles estrechas, aplastan autos y dejan montones de escombros. Manifestantes que queman neumáticos. Una cifra de muertos creciente.
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La gran operación militar israelí de esta semana en el campo de refugiados de Yenín, en la ocupada Cisjordania, tuvo similitudes innegables con la segunda intifada palestina de principios de la década de 192000, una época que se cobró miles de vidas.
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Pero los combates actuales, incluida la redada en Yenín que terminó el miércoles después de dos días, también tienen diferencias con esos intensos años de violencia. Es más limitada en su alcance, ya que las operaciones militares israelíes se centran en varios bastiones de milicianos palestinos.
También es un síntoma de un conflicto sin final a la vista. El liderazgo palestino está debilitado y el gobierno israelí ha acelerado la expansión de asentamientos, lo que reduce las posibilidades de establecer un estado palestino.
¿QUÉ ES UNA INTIFADA?
La palabra, que significa “sacudir” en árabe, se empleó para describir un alzamiento contra la ocupación militar israelí registrado en 1987. Terminó en 1993 con un acuerdo de reconocimiento mutuo entre Israel y la Organización de Liberación de Palestina.
Lo que pasó a la historia como la primera intifada se caracterizó por las protestas palestinas generalizadas y una feroz respuesta israelí. En la segunda intifada, que comenzó en 2000, milicianos palestinos realizaron ataques suicidas contra autobuses, restaurantes y hoteles, lo que provocó duras represalias militares israelíes.
El segundo alzamiento enfrentó a grupos armados palestinos contra un ejército israelí mucho más poderoso. Unas 4.000 personas murieron, incluido un gran número de civiles. Murieron hasta tres veces más palestinos que israelíes.
La represión israelí trastocó la vida de los palestinos, con duras restricciones sobre el movimiento que asfixiaron una economía incipiente. Para los israelíes, especialmente durante los frecuentes ataques de la segunda intifada, subir a un autobús o salir a un restaurante era aterrador.
Esos sucesos se vieron impulsados por una enorme participación inicial. Muchos palestinos en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este -zonas capturadas por Israel en 1967 y que los palestinos reclaman para un estado futuro- se sumaron a las protestas.
Las protestas también estaban impulsadas por líderes palestinos como el presidente Yaser Arafat, al que Israel acusó de alentar y tolerar a los milicianos. La intifada se fue apagando tras la muerte de Arafat en 2004. Le sucedió el actual presidente palestino, Mahmud Abás.
¿QUÉ OCURRE AHORA?
En la primavera de 2022, una serie de ataques palestinos contra israelíes hizo que Israel emprendiera redadas casi cada noche en zonas palestinas de Cisjordania.
Israel dijo que las incursiones pretendían desarticular redes milicianas, pero los ataques palestinos han continuado y la cifra de muertos en ambos bandos ha ido subiendo. El año pasado fue uno de los más mortales para los palestinos en Cisjordania desde la segunda intifada.
La violencia no ha hecho más que crecer desde que el actual gobierno de ultraderecha israelí, formado por ultranacionalistas partidarios de los asentamientos, asumió el poder a finales del año pasado.
En lo que va de año han muerto más de 135 palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este, según un conteo de The Associated Press, casi tantos como en todo 2022. Cientos de palestinos han sido detenidos. Unas 24 personas han muerto en ataques palestinos contra los israelíes.
SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS
La región no había registrado un ciclo tan prolongado de violencia desde la segunda intifada, que duró unos cinco años. Los periodos recientes de enfrentamientos no habían durado tanto o no habían implicado una demostración de fuerza tan grande del ejército.
La estrategia empleada el lunes, con ataques aéreos, topadoras blindadas y una brigada de tropas, era una imagen habitual de la segunda intifada.
Pero los analistas dicen que ahí es donde terminan las semejanzas.
Para empezar, una operación israelí en 2002 que duró un mes, considerada como el cenit de los combates durante el segundo alzamiento implicó un estrecho cerco sobre la mayoría de las ciudades de Cisjordania. En el último año, las redadas israelíes han sido de menor escala. Los objetivos de Israel también están más limitados a grupos armados locales y células milicianas.
Los analistas mencionan otras diferencias, como la debilidad del liderazgo palestino y la falta de participación popular. Aunque se han producido protestas por las redadas, no se han extendido a toda Cisjordania.
“La intifada es un alzamiento popular. Es una sociedad que lucha”, explicó Amir Avivi, presidente y fundador del Foro Israelí de Defensa y Seguridad, un combativo grupo de exmandos militares. Avivi, que sirvió como comandante de batallón en el norte de Cisjordania en la operación de 2002, afirmó que los combates actuales están dominados por grupos armados con financiación del archienemigo de Israel, Irán.
Ziyad Abu Zayad, analista palestino y exministro del gobierno, dijo que los combates actuales se describían mejor como “oleadas” de indignación palestina que como un alzamiento.
“El problema no es de seguridad, sino político. Y mientras no haya una solución política, estas oleadas continuarán”, dijo. “La gente, principalmente la gente joven, quiere vivir con libertad y dignidad. No ven un futuro para sí mismos y sólo ven opresión de la ocupación”.
¿QUÉ OCURRE AHORA?
No hay un final a la vista para los enfrentamientos. Las incursiones militares han tendido a provocar más ataques, que a su vez desencadenan aún más redadas.
Mientras se sucedían los ataques contra israelíes, incluido uno en el que murieron cuatro colonos el mes pasado, los miembros del gobierno pedían una respuesta más dura. También han impulsado mucho la construcción de asentamientos, lo que reduce las esperanzas de una solución negociada del conflicto.
Los últimos 16 meses, incluida la gran operación del lunes, han mostrado que Israel no tiene una visión de largo plazo sobre cómo tratar con los palestinos, afirmó Michael Milshtein, exoficial militar y director del Foro de Estudios Palestinos en la Universidad de Tel Aviv.
“Debemos empezar a pensar de forma estratégica sobre la cuestión palestina”, dijo. “No podemos seguir pasando por encima”.
Abu Zayad, el analista palestino, apuntó que en lugar de eso, el gobierno israelí presiona a los palestinos “a más extremismo y violencia”.
“Si hay una oposición a la idea de un estado palestino, es probable que estas oleadas continúen durante largos periodos en el futuro”.
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Los periodistas de The Associated Press Julia Frankel y Josef Federman contribuyeron a este reportaje desde Jerusalén.