LONDRES (AP) — Los británicos se preparan para préstamos más caros, después de que las cifras oficiales publicadas el miércoles mostraran que la inflación no bajó en mayo como se preveía.
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La Oficina Nacional de Estadística indicó que la inflación, medida por el índice de precios al consumo, se mantuvo estable en el 8,7% hasta mayo, frente a las expectativas de un descenso hasta el 8,4%, un dato que probablemente hará que el Banco de Inglaterra, organismo independiente, vuelva a subir el costo de los préstamos el jueves.
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El organismo señaló que el aumento de los precios de los vuelos, los bienes y servicios recreativos y culturales y los coches de segunda mano impulsaron la inflación, mientras que los precios del gas ejercieron la mayor presión a la baja. Las cifras demuestran claramente que la alta inflación no es sólo un factor externo, como los elevados precios de los alimentos y la energía, sino que se ha arraigado en la economía británica a través, por ejemplo, de unos salarios más altos.
La inflación en Gran Bretaña está resultando más rígida que en el resto de los países industrializados del G7, y muchos culpan al banco por haber tardado demasiado en empezar a subir las tasas de interés y a la salida británica de la Unión Europea, que ha incrementado los costos. La inflación en Estados Unidos es del 4% y del 6,1% en los 20 países miembros de la UE que utilizan el euro como moneda.
Los mercados financieros creen que el banco aumentará el jueves su tasa de interés de referencia desde el 4,5%, su nivel más alto en 15 años, en al menos un cuarto de punto, hasta el 4,75%.
Algunos economistas creen que el banco, cuya misión es mantener la inflación en torno al 2%, podría optar por subir su tipo de referencia al 5%. Y los mercados creen ahora que existe la posibilidad de que los tipos acaben el año en el 6%, nivel alcanzado por última vez en 2000.