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Guerra en Ucrania afecta desproporcionadamente a discapacitados visuales

Oleksandr Vinkovskyi, director de una planta de manufactura en la que trabajaban discapacitados visuales, concede una entrevista el 30 de mayo de 2023 acerca del impacto de los ataques rusos sobre sus empleados, en Kiev, Ucrania. (AP Foto/Roman Hrytsyna) AP (Roman Hrytsyna/AP)

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KIEV, Ucrania (AP) — La luz del sol se filtra a través de las ventanas destrozadas, proyectando un resplandor sobre los muebles empolvados y fragmentos de vidrios esparcidos en el piso de la oficina de Oleksandr Vinkovskyi, director de un negocio en Kiev en el que trabajaban personas con discapacidad visual.

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Vinkovskyi es ciego y no puede ver la magnitud de los daños provocados por los escombros de uno de los muchos drones lanzados por Rusia sobre la capital ucraniana el mes pasado. Pero sabe que 80 personas, incluidas 54 con una discapacidad que solían trabajar allí fabricando interruptores de circuito, portalámparas y ganchos para ropa, ahora están desempleadas.

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La mayor parte de los cristales están hechos añicos, las puertas rotas, el equipo arruinado, y hay un enorme agujero en un muro del tercer piso. Vinkovskyi ha suspendido las operaciones por ahora, ya que las considera demasiado peligrosas para sus empleados.

“Una persona con discapacidad visual va a trabajar no sólo para ganar dinero, sino también para comunicarse, interactuar, y formar parte de la sociedad de alguna forma”, señaló. “Y no sé cómo calcular esta pérdida”.

El perder el sitio de trabajo es sólo uno de una enorme cantidad de retos que las personas con discapacidad visual enfrentan en toda Ucrania desde que Rusia invadió el país en febrero de 2022. En el mes pasado, cuando Moscú atacó la capital principalmente durante la noche, las dificultades se incrementaron muchísimo, dificultandole aún más a las personas ciegas el orientarse.

“Una persona con discapacidad visual no puede ubicar dónde ocurrió la explosión. Para ellos, cada explosión se siente como si estuviera ocurriendo en su casa”, declaró Vinkovskyi. “Desconocen la magnitud de lo que pasó, y eso conlleva estrés adicional”.

Los sonidos en los que las personas ciegas se apoyan como su forma primaria para desplazarse en su entorno son increíblemente intensos. Como resultado, las explosiones evocan un mayor temor y angustia.

Larysa Baida, directora de programa en la Asamblea Nacional de Personas con Discapacidades de Ucrania, dijo que muchos individuos experimentan estados de pánico en situaciones así. En respuesta, la organización ha estado proporcionando asistencia psicológica y rehabilitación para apoyar a las personas con discapacidad visual durante la guerra.

“Aún estoy confundido y no puedo recuperar la cordura”, dijo Volodymyr Holubenko, de 62 años, que es ciego y es el administrador del negocio en el que trabajaban las personas con discapacidad visual, al recordar el día del ataque.

“Escuché todo. Nuestras puertas en casa temblaban”, declaró. Él vive cerca de las oficinas.

Holubenko, que lleva 47 años trabajando en la compañía, considera que mayo fue un mes muy desafiante. Sin embargo, señaló que este año se siente más protegido que el anterior, cuando la guerra estaba en sus primeras etapas. Sigue de cerca las noticias acerca de las promesas de los aliados occidentales de Ucrania de suministrar sistemas antiaéreos y aguarda ansiosamente que sean entregados.

Olesia Perepechenko, directora ejecutiva de la organización no gubernamental Modern Sight y ella misma ciega, dice que empieza a escuchar los misiles volar y explosiones incluso antes de que su esposo, su madre o cualquier otra persona las oiga.

“Escucho estos sonidos un poco antes, y la ansiedad llega un poco antes. Y es por eso que mi nerviosismo es tan agudo”, manifestó Perepechenko.

Ella vive en la provincia de Kiev, y dijo que los bombardeos nocturnos de Rusia en mayo fueron especialmente difíciles.

“Cuando los Shahed pasan constantemente encima de ti, cuando el ruido de los drones simplemente no para, me hace caer en la histeria. ¿Por qué está sobrevolando encima de nuestra casa?”, declaró, refiriéndose a los drones de fabricación iraní que Rusia suele enviar frecuentemente a Ucrania.

“Entiendo que no es sólo uno que anda allí; uno pasa, y luego siguen varios más. Y ese ruido se convierte en este largo, monótono murmullo de un dron”.

Para ella es psicológicamente “muy atemorizante” y difícil de sobrellevar en el momento en que está ocurriendo.

“Lloro, busco alivio en mi madre, la abrazo y la consuelo o corro hacia mi marido, apoyándome en él”, declaró.

Después de que concluyó uno de los muchos ataques en mayo, rompió a llorar y tomó helado del congelador para “lidiar con el estrés”.

“En ese momento añoraba algo reconfortante, agradable. Y por alguna razón me pareció que el helado ayudaría, aunque posteriormente, desde luego, recurrí a la valeriana”, señaló, refiriéndose a un sedante.

“Las personas con discapacidad visual o ceguera son vulnerables y la guerra les afecta desproporcionadamente”, dijo Ariane Laplante-Lévesque, especialista técnica en Ojos y Visión y Oídos y Cuidado de la Audición en la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa. En primer lugar, se vuelve más difícil para ellos desplazarse por las calles o moverse en nuevos ambientes físicos, agregó.

Perepechenko recuerda los extensos ataques de Rusia con misiles durante el invierno, enfocados en destruir la infraestructura energética de Ucrania. Durante los frecuentes apagones provocados por el daño en las plantas generadoras de electricidad, en una ocasión se quedó atrapada en un elevador.

“Sentí como que me iba a morir allí, asfixiándome”, recordó.

Desde entonces ha estado asistiendo a sesiones de terapia para superar los temores constantes por su vida que la guerra ha traído consigo. Considera que le ha servido, pues planea seguir viviendo en un país que está siendo asolado constantemente por la guerra.

Recuerda también vivamente los retos que enfrentó para moverse por Kiev —donde trabaja— y el poblado cercano en el que vive cuando las fuerzas rusas se retiraron de esas regiones el año pasado.

“Caminar era imposible. Caminaba con un bastón, y constantemente había estas trampas antitanque y trozos de escombros quemados esparcidos sobre las aceras”, indicó. “Era muy peligroso y atemorizante”.

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