BRUSELAS (AP) — Los ministros de interior de la Unión Europea hicieron el jueves un nuevo intento de superar uno de los problemas políticos más persistentes del bloque, y valoraron nuevas medidas para repartir la responsabilidad por los migrantes que llegan a Europa sin autorización.
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El sistema europeo de asilo colapsó hace ocho años después de la llegada de más de un millón de personas -la mayoría gente que huía del conflicto en Siria-, que sobrepasó la capacidad de acogida de Grecia e Italia y desencadenó una de las mayores crisis políticas del bloque.
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Los 27 miembros de la UE han chocado desde entonces sobre la cuestión de qué países deben asumir la responsabilidad por las personas que llegan sin autorización, y si otros miembros deben estar obligados a ayudar
La principal responsable de inmigración de la UE, la comisaria de Interior Ylva Johansson, dijo a su llegada a la reunión en Luxemburgo que era un “día extremadamente importante” para resolver una cuestión “maratónica” para Europa.
“De esta maratón nos quedan quizá 100 metros. De modo que estamos muy cerca de alcanzar un acuerdo hoy”, dijo Johansson. “Espero que los estados miembros puedan recorrer los últimos metros para llegar al acuerdo”.
“Si no estamos unidos, todos perdemos”, añadió.
Según las normas actuales, los países a los que llegan los migrantes en primer lugar deben entrevistarles y revisar sus antecedentes, además de procesar las solicitudes de los que quieran pedir asilo. Pero Grecia, Italia y Malta afirman que la carga de gestionar a toda la gente que llega es excesiva.
Intentos posteriores de imponer un sistema de cuotas para que los países se repartan a los migrantes fueron impugnados ante tribunales y finalmente abandonados.
Ahora los estados miembros parecen estar de acuerdo en que la ayuda que prestan debe ser obligatoria, pero puede tomar la forma de ayuda financiera o de otra clase, en lugar de planes de reparto de los migrantes.
La presidencia de la UE, que ahora ocupa Suecia, ha propuesto un sistema en el que los países que no quieran recibir migrantes puedan pagar dinero en su lugar. Antes de la reunión habían circulado reportes de cifras de unos 20.000 euros (21.400 dólares) por migrante. No estaba claro si la idea sería aceptada.
Varios diplomáticos dijeron antes de la cumbre que probablemente sólo habría un acuerdo si los estados miembros grandes -Francia, Alemania e Italia- respaldaban el plan. El acuerdo requería una mayoría cualificada de unos dos tercios de los 27 miembros, pero que incluyeran unos dos tercios de la población de la UE.
La ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, dijo que el plan que se ha propuesto “es muy difícil para nosotros”. Señaló que “yo lucho porque tengamos una Europa de fronteras abiertas” y advirtió que “si fracasamos hoy (...) esa sería una mala señal”.
El ministro francés del Interior, Gerald Darmanin, dijo a la prensa que acudía con propuestas de compromiso y que quedaba mucho trabajo por hacer en un tema “muy difícil”.
“Lo que queremos hacer es cambiar completamente la situación en migración”, dijo Darmanin.
Su homólogo español, Fernando Grande-Marlaska, cuyo país ha tenido problemas para gestionar las llegadas desde el norte de África a través de las Islas Canarias, que están en el Atlántico, advirtió que “si no llegamos a ese acuerdo, creo que todos nosotros perderemos”.
Aunque se alcance un trato el jueves, los estados miembros aún deben negociar un programa detallado con el Parlamento Europeo, que tiene un punto de vista distinto sobre la solidaridad y reclama que los países presenten detallados planes anuales de apoyo a migrantes en caso de emergencia.
Los eurodiputados han advertido que esta es una última oportunidad de resolver el dilema antes de las elecciones europeas del año que viene, cuando la migración probablemente volverá a ser una fuente de controversia.
Si la UE fracasa, el proyecto podría tener que abandonarse o reformarse por completo cuando lo aborden la siguiente Comisión Europea -el ejecutivo del bloque- y los miembros del nuevo parlamento tras las elecciones del próximo junio.
“Si perdemos esta oportunidad de hacerlo bien, no creo que tengamos otra”, indicó en abril el eurodiputado socialista español Juan Fernando López Aguilar. “El mensaje sería ‘miren, no va a ocurrir. No esta vez. Nunca’".
La arraigada disputa ha hecho que el sistema europeo de asilo se desmorone. Ante la falta de acuerdo, el grupo ha intentado externalizar el desafío de la gestión migratoria con acuerdos legal y moralmente cuestionables con países como Turquía y Libia, por los que pasa mucha gente en su viaje hacia Europa.