SAN SALVADOR (AP) — El proceso penal contra los cinco responsables de una estampida en un partido de fútbol en El Salvador se cerró el viernes tras llegar a un acuerdo de conciliación económico entre los acusados y los familiares de las víctimas. El incidente se saldó con nueve muertos y 51 lesionados.
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Un juzgado de San Salvador suspendió definitivamente el proceso penal contra los tres directivos del club Alianza y dos encargados del estadio Cuscatlán y la jueza ordenó que todos los acusados quedaran inmediatamente en libertad.
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“Se ha llegado a un arreglo conciliatorio total”, dijo a los periodistas el abogado defensor Miguel Anaya. Según reveló, las conciliaciones con las familias de los fallecidos van desde los 5.000 a 10.000 dólares, mientras que con los lesionados se acordó un pago de 30 dólares por día de incapacidad.
De acuerdo con el fallo, se ordenó el sobreseimiento definitivo por los delitos de homicidio culposo y lesiones culposas.
La Fiscalía reaccionó posteriormente a la resolución judicial con un tuit en el que expresó no estar de acuerdo con el fallo y anunció que presentará recurso de apelación.
“Los responsables seguirán detenidos. Se continuarán utilizando todas las herramientas legales, para lograr que se haga justicia”, advirtió.
El Ministerio Público había pedido la prisión preventiva para Pedro Hernández, presidente del club de fútbol, para Edwin Abarca Ventura, gerente de seguridad del club, así como para Zoila Córdova, gerente financiera, con el fin de que sean procesados por los delitos de homicidio culposo, lesiones culposas y estragos agravados.
Según el Código Penal, el homicidio culposo puede sancionado con prisión de dos a cuatro años, mientras que las lesiones culposas con dos a seis años y los estragos agravados con tres a seis años.
También estaban procesados Reynaldo Avelar, gerente general de EDESSA, empresa dueña del estadio Cuscatlán, y Samuel García Montano, encargado de las llaves del estadio. La Fiscalía les atribuía los delitos de homicidio culposo, lesiones culposas y estragos agravados “por haber sido negligentes y haber cometido omisiones dentro de las obligaciones que tenían para organizar este tipo de evento”.
En cuanto al delito estragos agravados, se determinó que este no reunía los conceptos dictados por la ley, ya que nunca existió el dolo con la intención de causar daño, por lo cual se convirtió en estragos culposos. Se decretó en este caso la suspensión del procedimiento por un año, en el que los implicados deberán seguir reglas de conducta. Entre estas, los acusados no podrán cambiar de domicilio y deberán presentar un plan de seguridad para la organización de partidos de fútbol.
Además, se manda rediseñar las estructuras de los portones de acceso del estadio.
Alejandra Rivas, una de las 51 personas que resultaron lesionadas por la estampida, se presentó a la audiencia y relató lo que vivió esa noche cuando hacia fila esperando ingresar al estadio
“Yo tengo una fractura en el pie derecho porque yo caí, me cayeron encima unas 10 personas, no sé si más y no podía salir hasta que un hombre me sacó y como pudo me jaló; mi cuerpo había quedado atrapado. Me han dado 30 días de incapacidad”, dijo la joven.
Visiblemente impactada agregó que “lo que pasó es que estaba cerrado el portón y la gente seguía empujando y empujando para logar entrar, pero ya era más para sobrevivir”. Rivas también declaró: "Ya nos estábamos asfixiando, yo creo que si hubiera pasado más tiempo y si el portón no se hubiera caído, no hubiera sobrevivido porque ya no respiraba”.
La tragedia ocurrió el sábado 20 de mayo por la noche, pocos minutos después de iniciado el partido de fútbol de vuelta entre Alianza y FAS por los cuartos de final de la liga salvadoreña.
Según las autoridades y declaraciones de testigos, cientos de aficionados enfurecieron al verse impedidos de entrar al estadio pese a tener boletos comprados. Luego, comenzaron a empujar hasta derribar un portón, causando la estampida.
La Fiscalía también investiga la presunta sobreventa de boletos y hasta la venta de alcohol fuera del estadio, ante la presencia ese día de personas en estado de embriaguez.