La localidad de Manlius, en el norte del estado de Nueva York, está de luto por la pérdida de Faye, un cisne que fue robado del estanque del pueblo el fin de semana junto con sus cuatro crías. Las crías fueron recuperadas, pero —según las autoridades— los ladrones mataron a la madre para comerla.
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“La madre cisne fue devorada”, dijo el miércoles el alcalde de Manlius, Paul Whorrall. “Es triste decirlo, pero eso es lo que hicieron”.
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Tres adolescentes fueron arrestados por cargos que incluyen hurto mayor y daño en relación con el robo de los cisnes, informó el sargento de policía de Manlius, Ken Hatter.
Los cisnes blancos, como Faye y su compañero Manny, no son nativos de Norteamérica. Se introdujeron como especie ornamental y son muy apreciados por su belleza, pero las autoridades los consideran invasores.
La caza de cisnes es legal en algunos estados, pero no en Nueva York.
Al sureste de Siracusa, la localidad de Manlius tiene una insignia de cisne en su sitio web, así como en mercancías que incluyen sombreros y camisetas.
“Los cisnes forman parte de este pueblo desde hace más de 100 años”, explica Whorrall. “Somos conocidos por nuestros cisnes”.
Durante más de una década, Faye y Manny revolotearon por el estanque del pueblo y cada primavera incubaban y criaban polluelos. Fueron donados en 2010 por el biólogo y autodenominado “gurú de los cisnes” Michael Bean.
La policía dijo que Faye y los polluelos de este año desaparecieron el sábado, pero que no se notificó a las autoridades hasta el lunes.
