DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — El responsable del programa nuclear iraní insistió el miércoles en que su gobierno cooperará con los inspectores internacionales en cualquier “nueva actividad”. Su declaración se produjo tras un reporte exclusivo de The Associated Press sobre el nuevo sistema subterráneo de Teherán próximo a una instalación de enriquecimiento nuclear.
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La AP reportó esta semana que los nuevos túneles, ubicados en el interior de una montaña y cerca de la planta de Natanz, estarían probablemente fuera del alcance de un arma estadounidense de último recurso diseñada para destruir este tipo de instalaciones.
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La información generó un amplio debate en Oriente Medio acerca de la construcción y el asesor de seguridad nacional de Israel dijo el martes que el sitio no sería inmune a un ataque aunque su profundidad lo proteja de los ataques aéreos estadounidenses.
En declaraciones a reporteros tras una reunión del gobierno el miércoles, Mohammad Eslami, jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán, trató de describir el interés en el lugar como un caso en el que Israel se siente presionado.
“La República Islámica de Irán está trabajando bajo las directrices del OIEA y siempre que quiere iniciar nuevas actividades, se coordinará con el OIEA y actúa en consecuencia", agregó Eslami empleando el acrónimo del Organismo Internacional de Energía Atómica.
La agencia nuclear de Naciones Unidas no respondió a las preguntas de la AP sobre la construcción en Natanz, a unos 225 kilómetros (140 millas) al sur de Teherán. Natanz ha sido un foco de preocupación internacional desde que se conoció su existencia hace dos décadas.
Imágenes satelitales de los montones de tierra procedentes de la excavación y los expertos que hablaron con la AP sugieren que los nuevos túneles tendrían entre 80 y 100 metros (entre 260 y 328 pies) de profundidad.
Este tipo de instalaciones subterráneas llevaron a Estados Unidos a crear la bomba GBU-57, que puede adentrarse al menos 60 metros (200 pies) en la tierra antes de detonar, según el ejército estadounidense. Al parecer, funcionarios estadounidenses han discutido el uso de dos bombas de este tipo seguidas para garantizar la destrucción de un sitio de este tipo. No estaba claro una bomba de este tipo pueda dañar una instalación a tanta profundidad como la de Natanz.
Con estas armas potencialmente descartadas, Estados Unidos y sus aliados se quedan con menos opciones para atacar el sitio. Si la diplomacia sigue estancada como en los últimos meses en lo relativo al acuerdo nuclear iraní, podrían reanudarse los ataques de sabotaje.
Según Irán, la nueva construcción sustituirá a un centro de fabricación de centrifugadoras en superficie en Natanz, afectado por una explosión y un incendio en julio de 2020. Teherán culpó de ese incidente a Israel, sospechoso desde hace tiempo de llevar a cabo campañas de sabotaje contra el programa nuclear de la República Islámica.
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El periodista de The Associated Press Amir Vahdat en Teherán, Irán, contribuyó a este despacho.