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Ciencia.-Una criatura con dientes de sable cruzó Pangea en la Gran Mortandad

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Esto sugiere que migró 11.000 kilómetros a través del supercontinente Pangea durante la peor extinción masiva del mundo, hace 252 millones de años, la Extinción del Pérmico-Triásico o Gran Mortandad.

Su viaje a Sudáfrica le permitió llenar un vacío en un ecosistema lejano que había perdido a sus principales depredadores, afirman los autores de una nueva investigación publicada en la revista 'Current Biology'.

Hace doscientos cincuenta y dos millones de años, la Tierra sufrió una extinción masiva tan devastadora que se conoce como 'la Gran Mortandad'. Erupciones volcánicas masivas desencadenaron un cambio climático catastrófico, acabando con nueve de cada diez especies y preparando el terreno para los dinosaurios.

Pero 'la Gran Mortandad' fue una larga despedida: la extinción duró hasta un millón de años, al final del Pérmico. Durante ese tiempo, el registro fósil muestra dramatismo y agitación a medida que las especies luchaban por afianzarse en sus cambiantes entornos.

Un animal que ejemplifica esta inestabilidad era una criatura del tamaño de un tigre con dientes de sable llamada Inostrancevia: un nuevo descubrimiento fósil sugiere que Inostrancevia migró 11.000 kilómetros a través del supercontinente Pangea, llenando un vacío en un ecosistema lejano que había perdido a sus principales depredadores, antes de extinguirse.

Todos los grandes depredadores de finales del Pérmico en Sudáfrica se extinguieron mucho antes de la extinción masiva de finales del Pérmico. Pia Viglietti, investigadora científica del Field Museum de Chicago (Estados Unidos) y coautora del estudio, explica que han descubierto que el Inostrancevia "ocupó ese nicho durante un breve período de tiempo".

La criatura prehistórica tenía aspecto de 'depredador superior'. "Era un gorgonopsio, un grupo de proto-mamíferos que incluyó a los primeros depredadores con dientes de sable del planeta", explica Viglietti. Tenía el tamaño de un tigre y probablemente la piel de un elefante o un rinoceronte; aunque su aspecto era vagamente reptiliano, formaba parte del grupo de animales que incluye a los mamíferos modernos.

Antes de este nuevo trabajo, Inostrancevia sólo se había encontrado en Rusia, pero mientras examinaba el registro fósil de la cuenca sudafricana del Karoo, Christian Kammerer, colega de Viglietti, identificó los fósiles de dos grandes animales depredadores diferentes de los que se encuentran normalmente en la región.

"Los fósiles en sí eran bastante inesperados --asegura Viglietti--. No está claro cómo llegaron desde lo que hoy es Rusia, ni cuánto tardaron en cruzar Pangea y llegar a lo que hoy es Sudáfrica. Pero estar lejos de casa era sólo uno de los elementos que hacían especiales a los fósiles".

"Cuando comparamos los rangos y edades de los otros grandes depredadores de la zona, los gorgonopsios rubidgeinos, con estos fósiles de Inostrancevia, descubrimos algo muy interesante --explica--. En realidad, los carnívoros locales se extinguieron bastante antes incluso de la extinción principal que vemos en el Karoo: para cuando empieza la extinción en otros animales, ellos ya han desaparecido".

La llegada del Inostrancevia a 11.000 kilómetros de distancia y su posterior extinción indican que estos grandes depredadores eran "canarios en la mina de carbón" de la gran extinción que se avecinaba.

"Esto demuestra que la cuenca sudafricana del Karoo sigue produciendo datos fundamentales para comprender la extinción masiva más catastrófica de la historia de la Tierra", afirma Jennifer Botha, coautora del estudio, directora del Centro de Excelencia en Paleociencias GENUS y profesora del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo.

"Hemos demostrado que el cambio en los grupos de animales que ocuparon funciones de depredadores ápice se produjo cuatro veces en menos de dos millones de años en torno a la extinción masiva del Pérmico-Triásico, lo que no tiene precedentes en la historia de la vida terrestre", afirma Christian Kammerer, primer autor del estudio, conservador de paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte e investigador asociado del Museo Field.

Y destaca que "esto subraya lo extrema que fue esta crisis, en la que incluso las funciones fundamentales de los ecosistemas se vieron sometidas a un cambio extremo".

La vulnerabilidad de estos grandes depredadores coincide con la actual. "En los entornos modernos, los grandes depredadores tienden a presentar un alto riesgo de extinción y a figurar entre las primeras especies extirpadas localmente debido a actividades humanas como la caza o la destrucción del hábitat", explica Kammerer.

"Pensemos en los lobos en Europa o los tigres en Asia, especies que tienden a reproducirse y crecer con lentitud y requieren grandes áreas geográficas para deambular y cazar presas, y que ahora están ausentes de la mayor parte de sus áreas de distribución históricas --prosigue--. Deberíamos esperar que los antiguos depredadores ápice tuvieran vulnerabilidades similares, y que estuvieran entre las especies que primero se extinguieran durante los eventos de extinción masiva".

Además de arrojar nueva luz sobre el evento de extinción que contribuyó al surgimiento de los dinosaurios, Viglietti destaca que el estudio es importante por lo que puede enseñarnos sobre los desastres ecológicos que experimenta actualmente el planeta.

"Siempre es bueno comprender mejor cómo afectan a los ecosistemas los episodios de extinción masiva, sobre todo porque el Pérmico es básicamente un paralelo de lo que estamos viviendo ahora", explica Viglietti.

"En realidad no tenemos ningún análogo moderno de lo que podemos esperar con la extinción masiva que está ocurriendo hoy en día, y el evento de extinción masiva del Permo-Triásico representa uno de los mejores ejemplos de lo que podríamos experimentar con nuestra crisis climática y las extinciones. Supongo que la única diferencia es que sabemos qué hacer y cómo evitar que ocurra", concluye.

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