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Respirar nos cuesta a los humanos menos energía que hace 30 años, según un estudio de la ONU

La energía utilizada por los seres humanos para funciones corporales básicas, como la respiración y la circulación, ha disminuido durante los últimos 30 años, según ha demostrado un grupo de expertos y científicos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que pertenece a la ONU.

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MADRID, 19 (EUROPA PRESS)

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Al contrario de lo que se esperaban, los investigadores descubrieron que no se debe a la reducción del gasto de actividad física, sino a la disminución del gasto basal.

El gasto basal es la energía utilizada para las funciones corporales básicas, como la respiración y la circulación. Este gasto, combinado con el que se emplea para las actividades del día a día, conforman el gasto energético total.

Los resultados ayudan a entender cómo la ingesta de alimentos contribuye a la obesidad, una condición que puede disminuir la calidad de vida y contribuir a la aparición de diversas enfermedades. Considerada ya una epidemia que crece cada día, tiene lugar cuando la ingesta de energía es superior al gasto energético de una persona.

Según los autores, hasta ahora se había asumido que la obesidad era causada por estilos de vida cada vez más sedentarios, en el que ha disminuido considerablemente la actividad física y, por el contrario, ha aumentado la ingesta de alimentos.

Para recolectar los datos en su estudio, los científicos utilizaron agua que contiene dos isótopos estables, el hidrógeno-2 y el oxígeno-18, y así determinar la cantidad de energía que ha gastado una persona o, en otras palabras, cuántas calorías ha quemado.

Cada participante consume una dosis de agua doblemente marcada antes de reanudar sus actividades normales. A continuación, se recogen muestras de orina durante un periodo de 10 a 14 días para determinar la rapidez con la que los dos isótopos abandonan el organismo. Calculando la velocidad a la que se eliminan estos isótopos, se puede estimar la cantidad de dióxido de carbono producida, cifra que está relacionada con el gasto energético.

Para el trabajo, se analizaron mediciones recogidas desde la década de 1980 sobre el gasto energético de más de 4500 adultos de Europa y Estados Unidos, lo que permitió a los investigadores descubrir que el gasto energético total ha disminuido desde la década de 1990 en torno a un 7,7 por ciento en los hombres y un 5,6 por ciento en las mujeres.

"RESULTADOS INESPERADOS"

John Speakman, autor principal del estudio y profesor del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen (China) y de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), ha explicado por qué el gasto en actividad ha subido ligeramente con el tiempo.

"Lo que realmente ha disminuido es el gasto energético basal. Esto significa que la tasa metabólica en reposo de una persona que vive en 2023 es inferior a la de una persona de su misma edad y composición corporal de finales de los años 90. Eso es bastante inesperado. Y no sabemos muy bien a qué se debe", ha detallado.

Speakman ha añadido que hay varios factores que pueden explicar por qué ha disminuido el gasto energético basal, incluidos los cambios en la dieta. Sin embargo, necesitan investigar más para poder entender cómo revertir esta disminución.

"Esta podría ser la base de una estrategia útil en el tratamiento de la obesidad. Sin embargo, en la actualidad, la mejor forma de evitarla es no comer en exceso", ha asegurado el investigador.

La base de datos contiene más de 8000 mediciones de 37 países realizadas con su método desde 1981. Dado que las cifras proceden en su mayor parte de investigaciones realizadas en países occidentales, el OIEA ha empezado un proyecto de investigación coordinado iniciado este año, con el objetivo de añadir información de Asia, África y América Latina.

"Estos datos han permitido comprender mejor la epidemia de obesidad y ha aportado, por primera vez, pruebas sobre cómo ha disminuido el gasto energético en los últimos 30 años. A menudo, los estudios individuales son pequeños y no generalizables. Sin embargo, cuando se combinan en una base de datos, pueden abordarse grandes cuestiones sobre las causas de la obesidad", ha remachado la jefa de la sección de Estudios Nutricionales y Medioambientales Relacionados con la Salud del Organismo y coautora del documento, Cornelia Loechl.

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