MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
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En el marco de la tarea de dotar de financiación a los países de la región bajo la presidencia de Mossi, el BCIE ha otorgado créditos a todos los países de Centroamérica, incluido Nicaragua, lo que ha desatado las críticas de algunos sectores en defensa de los derechos humanos y lo que podría costarle la presidencia de la entidad.
Mossi se situó al frente del organismo financiero regional que acompaña al crecimiento de Centroamérica en diciembre de 2018, tras ser elegido en el mes de octubre de dicho año. Previamente, el economista hondureño trabajó en el Banco Mundial como jefe de Operaciones en Honduras o en Ghana, así como fue representante de la entidad en Paraguay.
Desde que asumió el cargo, Mossi ha remado para que el BCIE se convirtiese en el principal acreedor de la región, manteniéndose como entidad líder en la canalización de recursos para Centroamérica, y ha apostado por estrechas los lazos con los socios extrarregionales, como es el caso de España, donde el BCIE ha abierto recientemente una oficina regional, la primera en el país.
La Asamblea de Gobernadores es el evento más importante para el BCIE, ya que es la máxima autoridad del Banco y, según mandato del Convenio Constitutivo del BCIE, se debe celebrar una reunión ordinaria una vez al año. Cada país socio nombra un gobernador titular y un suplente que pueden ser el ministro de Economía, ministro de Finanzas, Crédito Público, el presidente del Banco Central, o a quien corresponda la representación según el derecho interno de cada país.
RECHAZO POR SU RELACIÓN CON NICARAGUA
Se estima que Nicaragua habría recibido hasta 3.500 millones de dólares (algo más de 3.200 millones de euros) del BCIE para distintos proyectos e iniciativas bajo la presidencia de Daniel Ortega, cuyo régimen político es una dictadura. En porcentajes, la financiación del BCIE en 2022 al Programa de Inversión Pública (PIP) es casi el 40% del total, frente al 21% que representaba en 2017.
En su defensa, Mossi ha argumentado que la entidad que preside se rige bajo principios económicos y no políticos. Además, ha expresado que trabajan para los nicaragüenses y no para su presidente. "Queremos que puedan tener acceso a la infraestructura como hospitales y carreteras", ha afirmado.
Su relación con Nicaragua incluso le ha valido para ganarse el sobrenombre de 'el banquero de los dictadores', el cual fue inicialmente empleado por el exembajador de Estados Unidos y director ejecutivo del Centro para la Integridad de los Medios de las Américas, John Feeley. En 2022, incluso, se enviaron distintas cartas a las administraciones de Honduras o Costa Rica para que vigilen de cerca la actividad del BCIE.