MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
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La matanza de Badush fue una de las más sangrientas cometidas por la organización durante la consolidación de su dominio territorial en Irak.
El 10 de junio de 2014, los yihadistas entraron en esta cárcel de la provincia de Nínive, donde comenzaron a ejecutar uno a uno a 670 prisioneros chiíes cuyos cuerpos fueron enterrados en fosas comunes.
El director general del Departamento de Fosas Comunes, Dhia Karim, ha anunciado este domingo la finalización de un proceso de dos años para exhumar a 605 cadáveres de las fosas de la masacre, con el respaldo de la Comisión Internacional para los Desaparecidos y otras ONG.
Los restos serán entregados ahora al departamento médico-forense del Ministerio de Salud iraquí para su identificación, según informa la agencia oficial de noticias iraquí INA.