MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La carne se compró en contratos fechados en 2020 y 2022, según revela el diario brasileño 'Estadao', que destaca que no había instalaciones apropiadas para el almacenamiento y conservación de esta comida. Los propios indígenas aseguran que nunca recibieron esta comida.
La carne adquirida hubiera permitido entregar un kilo al día durante un año entero a cada uno de los 32 funcionarios de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) que trabajan en la región. Estos funcionarios pasan la mayor parte del tiempo en la selva, junto a los indígenas.
Un comerciante encargado del envío ha confirmado a 'Estadao' la desaparición de la carne y la directora de administración y gestión de la FUNAI, Mislene Metchacuna Martins Mendes, ha reconocido que se trata de "un desperdicio de dinero público", aunque ha alegado que seguía órdenes de sus superiores. Martins ha explicado además que parte de los alimentos llegaban en condiciones inadecuadas para su consumo, pero la orden era entregarlos.
Se trata de contratos por un valor de 568,5 millones de reales brasileños (más de 106.000 euros) por unas cestas básicas que incluían productos secos como arroz, harina o jabón destinados a los 13.330 indígenas de las etnias marubo, matís, kanamari y korubo.
El diario resalta además que la mitad de las adquisiciones de alimentos para indígenas, cerca de 5.500, se realizaron sin licitación alegando la pandemia de COVID-19, y el dinero fue desviado a empresas recién creadas o no hubo comprobación de la entrega de las cestas básicas.
El valle del Javari es una de las regiones más aisladas del mundo, un territorio de 8,5 millones de hectáreas que acoge a varios pueblos indígenas con idiomas y tradiciones desconocidas. En la zona fueron asesinados en junio de 2022 el indigenista Bruno Pereira y el periodista Dom Phillips.